El Espíritu Santo también voló en Guatemala

Las Obras del padre Sergio llevaron alegría, comida, regalos y sonrisas a cientos de niños chapines

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Por quinto año consecutivo una caravana de alegría, amor, regalos y sonrisas viajó de Costa Rica a Guatemala para darle alegría a niños en riesgo social en dos ciudades chapinas, gracias a las Obras del Espíritu Santo que dirige el padre Sergio Valverde.

El 27 de diciembre salió la caravana desde la sede central de las Obras, en el barrio Cristo Rey de San José, rumbo a Ciudad de Guatemala, primero, y Totonicapán, después, con un solo objetivo, transformar situaciones difíciles en alegría total.

El grupo viajó por aire en un recorrido que tardó unas seis horas. Para este martes 31 ya deberán estar en el país para celebrar la cena de bienvenida del Año Nuevo.

El 28 de diciembre le tocó el turno a los niños de la capital en lo que ya se conoce como Fiesta de Navidad, además, de que es muy esperada. Este fiestón del amor la organizan las Obras del Espíritu Santo de Tiquicia y los servidores de la filial chapina, es por eso que varios colaboradores ticos viajan a tierras guatemaltecas, siempre liderados por el sacerdote quien nació, se crió y vive en el barrio Cristo Rey.

Misión chapina

“Después de cinco años de misión ininterrumpida, hemos celebrado una fiesta que nos llena de mucha alegría aquí en Guatemala. La Fiesta de Navidad es parte de la obra que hacemos acá, porque tenemos abierto los 365 días del año comedores para esos mismo niños que tanto lo necesitan.

“Ajustamos el cuarto año de la fiesta en Totonicapán y el quinto en Ciudad de Guatemala (en la zona que se conoce como El Vertedero). Recordemos que estas fiestas se llaman Jesús a tus niños los cuida tu iglesia y el objetivo es llevar alegría, esperanza, alimentación, juguetes, juguitos, para todos sin diferenciar nacionalidad ni religión. Logramos alegrar a siete mil niños entre ambas ciudades guatemaltecas. No hay que olvidar que también lo hacemos en Nicaragua”, explica el padre Sergio desde suelo guatemalteco.

Con mucha alegría el sacerdote dijo, a eso de las tres de la tarde de este domingo 29 de diciembre: “una vez más, labor cumplida”, agradeciendo a la Iglesia Católica, las autoridades municipales y la empresa privada de Guatemala por la excelente coordinación y ayuda para lograr la fiesta.

Viaje de amor

“El viaje que se realizó desde Costa Rica nos tomó más de seis horas. Es un viaje de amor que no se siente, porque lo que nos reciben son sonrisas y el brillo de los ojos de miles de niños que esperaban con ansias por vivir un día muy especial y distinto donde dejan muchos sus labores de limpiar zapatos para recibir alegría al tener un alimento especial, confites y juguetes”, agregó el padre Sergio.

Las Obras, explica el padre, atiende desde hace 19 años a más de 70 mil niños en todo Costa Rica. Los comedores pasan abiertos todo el año, así como los albergues escuela, los centros de atención de la evangelización, sin olvidar los programas para adulto mayor e indigentes.

“Nosotros realizamos un ataque directo a la pobreza, luchamos por evitar que un niño en riesgo social caiga en malos pasos, en un trabajo de 24 horas que siempre necesita manos para continuar la lucha, así como ayuda de los gobiernos y la empresa privada”, concluye el padre quien adelanta que para el 2020 las celebraciones serán más que especiales porque irán dentro del cumpleaños 20 de la Asociación.

19 años de servicio

En Costa Rica las Obras del padre Sergio celebró, por 19 años consecutivos, la Fiesta Navideña en el Estadio Nacional y repartió alimentación, juguetes y alegría a 35.000 niños que asistieron de diferentes zonas de todo el país.

En medio de tanto por hacer para que las fiestas en Centroamérica salgan puras tejas, el padre Sergio tuvo que hacer un alto en el camino la semana pasada cuando falleció su mamá, doña María de los Ángeles Espinoza. Con ese dolor en el corazón el sacerdote continuó su misión en Tiquicia y tierras guatemaltecas.

En Nicaragua la Asociación trabajó por 10 años consecutivos en La Catedral de Managua y en Crucero en un Orfanato, ahí atendían diaramente 7.000 niños aproximadamente, y durante el año realizaban misiones y ayuda en comedores, sin embargo por la situación política del país tienen dos años de no ir.