El 28 de setiembre del 2010, el Tribunal de Juicio de San José, dictó 16 años de prisión para Pablo Alonso Quesada Fonseca, quien el 7 de octubre del 2007 se brincó la luz roja del semáforo, mientras conducía un auto y chocó con otro, matando a tres pasajeros: Rebeca Mena Altamirano, Diego Mariano Quesada Guzmán y Natalia Trejos.
Quesada, tras escuchar la sentencia, le dijo a los jueces que él no era un asesino, pero que había actuado de forma irracional aquella noche del 7 de octubre del 2007, cuando apenas tenía 22 años.
“Nunca quise cometer el accidente. Un momento de dolor en mi vida se convirtió en sufrimiento para tres familias. No sabía que había personas muertas dentro del carro. Pido disculpas a mi familia por esto”, dijo en voz baja en el 2010.
Durante el por tanto, el juez Adrián Cascante (el tribunal lo integró Cascante junto a los jueces Aisen Herrera y Alicia Monge) aseguró que a Quesada se le debía hacer un reproche por el hecho que cometió donde fallecieron tres personas y otras dos resultaron heridas.
“En el accidente murieron tres jóvenes que tenían una expectativa de vida muy grande, que además, tenían una vida muy prometedora. También hay dos personas con secuelas e incapacidades permanentes por el resto de su vida”, explicó el juez Cascante.
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Agregó que quedó demostrado que Quesada escapó del sitio e irrespetó la luz roja de varios semáforos, hasta que ocurrió la fatal colisión.
“Tras el accidente, lo lógico era que el imputado fuera a ver cómo se encontraban las personas accidentadas. Omitió el ir a ver cómo estaban. Esto lo omitió y es sumamente reprochable”, dijo el juez.