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El novelón: Terremoto retumba cada Navidad en Alajuela

Sacudida dejó un muerto, 200 casas en escombros y 500 dañadas

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La casa de don Joaquín Valverde quedó así tras el socollón. Foto: Francisco Barrantes. (Francisco Barrantes)

Era sábado 22 de diciembre del año 1990, tan solo faltaban 3 días para Navidad y en el barrio El Carmen de Alajuela, al igual que en todo el país, se preparaban con ilusión para las fiestas.

Sin embargo, toda esa alegría e ilusión se convertiría en una verdadera pesadilla para miles de personas.

A las 11:27 a.m, un fuerte socollón azotó gran parte del Valle Central, siendo la provincia de Los Mangos la más afectada.

Producto del movimiento, una persona murió de un infarto y 100 más resultaron heridas, además, cerca de 200 casas se cayeron y aproximadamente 500 más tuvieron daños en paredes y pisos.

De acuerdo con datos de la época de la Red Sismológica Nacional (RSN), el evento se localizó en Piedras Negras de Puriscal, tuvo una magnitud de 5,7 grados y una profundidad de 6,5 kilómetros.

Los expertos lo llamaron el Terremoto de Piedras Negras; sin embargo, los manudos lo recuerdan como la Tragedia de Alajuela.

Ese día el periódico La Nación publicó en una de sus noticias que la RSN reportó 662 temblores en todo ese año, sin saber, que horas más tarde se iba a generar el más fuerte de 1990.

Entre otras informaciones que se dieron a conocer en esa edición, destacaba que el kilo de pan había bajado ¢4, pues pasó de ¢55 a ¢51. También se detalló que un dólar tenía un valor en colones de 104,55.

Federico Guendel Umaña, uno de los especialistas en ese momento del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) dijo que si el evento hubiera tenido como origen San José o Cartago, las consecuencias hubiesen sido fatales.

Valverde levantó su casita 4 años después. Foto: Francisco Barrantes. (Francisco Barrantes)

Uno de los lugares más afectados fue la urbanización Lotes Llobet, en El Carmen de Alajuela, ahí 38 viviendas en cuestión de un minuto se convirtieron en escombros.

Don Joaquín Valverde, quien ahora tiene 72 años, fue uno de los que vio como el esfuerzo de tantos años se despedazó por la potencia del terremoto.

“Ese día la tierra no se movía de lado a lado sino que era de arriba hacia abajo, fue algo extraño, nosotros salimos de la casa y cuando volvimos a ver ya estaba destruida, no sabíamos qué hacer, fue bastante doloroso, esto que pasamos no se lo deseo ni a mi peor enemigo”, relató don Joaquín.

“Cuando tiembla me acuerdo de esto, de una vez se me viene a la memoria todo lo que pasé junto a mi familia. En ese momento uno piensa en cómo va a levantar otra vez la casita. Para peores fue en diciembre, la mayoría de las cosas que habíamos comprado tenían daños y otras se perdieron”, continuó.

Valverde contó que un bombazo como el que percibió ese día nunca lo ha sentido con otro temblor.

“Ha sido el más fuerte del que yo me acuerde, ninguno de los otros que se dieron después se compara”, destacó con la voz entrecortada.

Agregó que lo más complicado para él y para muchas otras familias fue empezar de cero; en su caso no debía velar solo por su esposa y dos hijos, también tenía que salir de varios pedidos que tenía en su taller de mecánica de precisión.

“Para mí fue muy difícil llegar al día siguiente y pensar por donde tenía que empezar a reconstruir. Algunos muchachos que trabajaban conmigo se fueron y otros se quedaron, me ayudaron a levantar el negocio empezamos a darle otra vez. Primero forramos con unas latas y después fuimos de a poquitos levantando otra vez todo”, señaló.

Otra de las afectadas fue doña María Emilia Madrigal, quien vive en la urbanización Roma, en en el distrito Central de Alajuela.

Ella declaró que la Municipalidad manuda la obligó a botar su casita, según nos contó, la estructura los únicos daños que tenía eran dos fisuras en una pared.

“Cuando llegué mi casa estaba en pie, pero la municipalidad me tenía sellado para que no entrara porque ellos dijeron que se podía caer en cualquier momento, que lo mejor era construirla otra vez, entonces prácticamente me obligaron a botarla”, contó.

Para ella fue muy doloroso, ya que ahí fue donde crecieron sus hijos y vivió muchos momentos felices.

“Fue una Navidad fatal, pero por dicha esta casa la levantamos en un mes, un señor cercano a la familia me ayudó y volvimos a empezar”, sentenció.

Doña Emilia relató que varios de sus vecinos mejor decidieron vender sus lotes llenos de escombros, ya que pensaron que en este lugar los temblores se sentían más fuertes que en otros sitios.

Entre la alegría de la Navidad, doña Emilia siempre recuerda el trago amargo que vivió en 1990. Foto: Francisco Barrantes. (Francisco Barrantes)

La Teja conversó con Rafael Ángel Calderón Fournier, quien para esa época era el presidente de la República.

Calderón, quien apenas tenía 8 meses en el poder, afirmó a La Teja que esa mañana se conmovió, ya que fue un golpe bastante duro para todo el país.

“Ese día me estaba alistando para irme a Casa Presidencial porque teníamos la fiesta con todos los empleados de Presidencia. Por supuesto que fue una situación fuerte, nos conmovimos demasiado porque vimos a gente sufriendo, así que empezamos a trabajar para ayudar con bonos a las familias afectadas”, recordó el expresi.

500 casas tuvieron daños importantes en su estructura. Reproducción: Graciela Solís. (GRACIELA SOLIS)

Walter Jiménez, geógrafo del Ovsicori, quien para ese momento apenas se especializaba en esta profesión, detalló que el origen de este terremoto inició siete años antes.

Jiménez explicó que el 2 de abril de 1983 se generó un sismo de 7,3 grados en Golfito, ese día también murió una persona.

Producto de este hecho y según el experto, se activaron varias fallas locales, entre ellas, la de Puriscal que fue la que ocasionó el socollón del 22 de diciembre de 1990.

“En ese momento se contaba con poca información en estos temas, pero por medio de una hipótesis que ya se venía trabajando se logró determinar que el evento de 1983 fue el que pudo generar el de 1990”, mencionó.

En lo que concordaron los afectados, es que esta sacudida ha sido la más fuerte que han sentido.

Cientos de personas pasaron una Navidad triste. Reproducción: Graciela Solís. (GRACIELA SOLIS)

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