Nacional

El Puerto se llenó de vigorones y birras, no así de votantes

Centros de votación lucieron vacíos

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El paseo de los Turistas, en Puntarenas, lució repleto este domingo.

Familias enteras llegaron con arroz con pollo, vigorones, birritas y cositas de picar para pasarla rico con el mar y la arena.

Pero... ¿Y las votaciones municipales? Algunos de los visitantes aseguraron que madrugaron y votaron, otros confesaron que no.

La familia Cerdas Picado está chiva porque hace más de 40 años no arreglan el camino principal de su comunidad, es un barreal.

Entonces prefirieron ir a pasear en lugar de votar.

“Estas votaciones son importantes, pero yo estoy cansada de que los alcaldes que ha tenido Alajuelita no se han preocupado por arreglar el camino a Lámparas. Estoy decepcionada de que arreglaron una parte de la calle y no los 125 metros últimos que daban a mi casa.

"Tengo un hermano discapacitado y nos tratan como si fuéramos caballos, por eso no voy a votar”, reclamó Mireya Picado, quien llegó con toda su familia y estaban pasándola bonito debajo de la sombra de un árbol.

Por su parte, la familia Chacón Bolaños, de Tacares de Grecia, decidió madrugar, ir a votar y luego pasear.

“Es un deber nacional, si no votamos no hay derecho a reclamar después”, aseguró Marvin Chacón, quien escuchaba música con otros amigos bajo el ardiente sol porteño.

La familia Andrade, de La Unión de Cartago, aseguró que el partido por el que iban a votar perdió 7 votos porque ellos pidieron un carro temprano que los movilizara y nunca llegó, entonces se alistaron y se fueron para el Puerto.

La chancera Patsy Aguilar aseguró que ella sí fue votar para reelegir al alcalde actual de Puntarenas, Rándall Chavarría, ya que considera que ha hecho un buen trabajo con las calles y las aceras.

Lo hizo temprano para luego aprovechar el resto del día vendiendo la lotería que le quedaba.

Ni un alma

Mientras tanto, el panorama en los centros de votación no pintaba muy animado que digamos.

La Teja visitó la escuela Delia Urbina Guevara, de Puntarenas centro, y de 6 a.m. a 8 a.m. solo habían llegado a votar unas 70 personas de 2.324 inscritas.

Conversamos con dos votantes, quienes no quisieron identificarse.

“Antes las votaciones eran una fiesta, un escándalo, con carros, caravanas, ahora ya no está esa emoción. Los políticos la han opacado. Aquí no hay empleo ni formas de superarse, mi hijo se graduó del colegio y quedó estancado, yo con mi carro de copos no puedo enviarlo a estudiar”, comentó este vecino.

El segundo votante era un adulto mayor, que estaba un poco mal humorado. Nos dijo que iba por cumplir su deber cívico y que votaría por cualquiera.

En las afueras, Mariangela Padilla brindaba información en un toldo del partido Nueva Generación. Reconoció que el ambiente estaba apagadilllo, pero ya lo habían previsto.

“La gente ha perdido la fe y esperanza en la alcaldía, entonces la minoría decidirá por la mayoría”, opinó.

El botero Carlos Luis Miranda indicó que él sí fue a votar, y la mayoría de sus colegas también lo hicieron por el candidato que les prometió bajarles el precio de la gasolina para los pescadores. Una promesa que no está en las manos de un alcalde.

Shirley Sandí

Periodista.

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