“Yo casi cumplo 60 años y me falta muy poco para pensionarme. ¿Ahora quién nos contrata? A mi me causa mucha preocupación y zozobra esta situación porque por mi edad, al igual que a muchos compañeros, ya no nos dan trabajo en ningún lado”.
Con dolor y gran incertidumbre don Ovidio Jara Salas se refiere a su realidad después de ser uno de los 380 empleados directos e indirectos de Chiquita-Cobal que amanecieron sin trabajo el lunes 4 de marzo en Limón.
Don Ovidio asegura que después de bretear 20 años para Chiquita se dio cuenta de su despido a través de Internet. Por si las moscas mejor llegó este lunes a ver si era verdad lo que decía el correo electrónico que le enviaron y pudo comprobarlo al encontrarse los portones con un candado.
Michael Hernández, representante del sindicato de trabajadores, confirmó que están pidiendo siete cosas importantísimas a la empresa: el regreso de los trabajadores a sus puestos, indemnización por año laborado, indemnización especial para empleados mayores de 50 años y un monto de dinero para sostener el programa educativo porque todavía hay empleados terminando primera y secundaria, incluso universidad.
Eddy Muñoz, otro trabajador, comentó que en su caso hay mayor incertidumbre porque sufrió un fuerte accidente y según dijo Chiquita no lo ha indemnizado, por eso, no tiene ni idea de cuál será su futuro.
“Este despido me parece algo injusto, sobre todo por la situación económica y laboral por la que estamos pasando aquí todos los limonenses, en estos momentos es una situación desesperante que de la noche a la mañana le digan a uno que ya no cuenta con su trabajo, con el que uno le lleva el pan a los hijos y familia”, dijo Eddy.