“En el PANI creen que cuando el hombre denuncia a la madre es porque no quiere pagar pensión”

Padre llegaba a denunciar agresiones de su esposa a sus hijos y no le daban pelota

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Los casos de padres decepcionados con el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) no dejan de aparecer.

Para Eugenia Quesada, presidencia de la Fundación Instituto de Apoyo al Hombre (Fundiapho), eso se debe a que por disposición constitucional la institución se creó para proteger a la madre y al niño y que eso en el PANI lo tienen tan metido en la cabeza que ni siquiera dejan a los papás presentar pruebas de las situaciones que enfrentan.

“Se cree que cada vez que un padre va a denunciar a su expareja es por machismo, porque quiere llevarse al chiquito para no pagar pensión o por celos por que las mujeres están con una nueva persona. Tienen prejuicios que no los dejan actuar correctamente”, opina Quesada.

Agregó que es tal la satanización del hombre que aunque el padre tenga las condiciones para hacerse cargo de su hijo en caso de la muerte de la madre, en el PANI prefieren darle el menor de edad a la abuela materna sin considerar al padre.

Aunque la Gran Área Metropolitana no está libre de eso, la cosa se pone peor en provincias como Limón y Guanacaste, afirma la presidenta de Fundiapho.

Madre agresora

Un caso que asombra es el de un hombre de apellido Rodríguez, quien trabaja vendiendo frutas y a quien la esposa agredió por años. Y la mujer hacía lo mismo con los hijos.

“El PANi es lo peor. Hace siete años yo vivía con mi esposa y mis hijos en Fraijanes de Alajuela y ella nos agredía y nos trataba como sus esclavos. Si protestaba me echaba a la Policía y les decía que yo era el que la agredía y me llevaban detenido”, dice Rodríguez.

Una vez la mujer le pegó al hijo de en medio con una verga de toro. Le dejó cicatrices en la frente y en las orejas, así que el padre les dijo que se alistaran, que iban a ir a pedir auxilio al PANI.

Cuando la madre se enteró, llamó a la Policía para que sacaran a Rodríguez de su casa con medidas cautelares por agresor.

“Desde entonces las agresiones empeoraron y fui a poner la denuncia al PANI de Alajuela y la que me atendió se burlaba de mí y no me recibía la denuncia. Me decía ‘ajá, sí claro, son agredidos. Es que usted no se imagina el montón de hombres que vienen aquí a intentar quitarle los chiquitos a la mujer'", afirma que le decía la funcionaria.

"Le insistía que investigara y sostiene que solo fue a la escuela a preguntarles a las maestras si eran niños agredidos. Como ellas dijeron que no, ahí dejaron todo”, dice Rodríguez, que desde hace seis meses ya cuenta con la custodia permanente de sus hijos.

Pero antes de eso, cuando fue a preguntar porqué no les había preguntado a los chiquitos, le dijo que para eso tenía que pedirle permiso a la mamá y cuando le dijo que él como padre lo autorizaba, le respondieron que como él no vivía con ellos, no valía.

“Ante semejante respuesta me fui para el PANI de San José a denunciar a la trabajadora y les dije que si algo les pasaba a mis hijos ella sería la única responsable por no haber intervenido.

"De inmediato me llamó la funcionaria de Alajuela y me dijo ‘¿a usted cómo se le ocurre demandarme? Ahora menos que le voy a ayudar, entonces se me puso fea la carajada’. Como a los quince días, la mamá de mis hijos me dejó salir con ellos, entonces me los llevé para el PANI para poner la denuncia.

“El mayor iba con tres dedos quebrados por un escobazo de su madre y la menor con moretes en las piernas por un fajazo y no nos la aceptó (la denuncia)”, afirma Rodríguez.

Dice que después de eso la mujer lo acusó de secuestro y le echó a la Policía.

Hijo héroe

El hijo de en medio se convirtió en el héroe de la casa.

Con solo 8 anitos se escapó un día y se fue caminando desde Fraijanes hasta el centro de Alajuela (13 kilómetros) para poner la denuncia por agresión ante el PANI.

“Cuando llegó ya estaba cerrado, por lo que el guarda me llamó para avisarme que estaba ahí y que se negaba a regresar donde la mamá. Al día siguiente regresamos a poner la denuncia y estaba la mamá con la Fuerza Pública denunciando que yo lo había secuestrado. Pero esa vez sí lo escucharon a él (al niño de 8 años) y a sus hermanos”, narró.

Pero aunque ya tenía las condiciones para hacerse cargo de los niños, le dijeron que no podían entregárselos porque había una niña y él era hombre. Después de eso le dieron cuatro oportunidades más a la madre.

“Fue hasta que los dejó encerrados tres días sin comida en la casa que llegó con la Policía a demostrar la injusticia y los mandaron a un albergue del PANI en Naranjo, prefirieron eso a dármelos a mí”, contó.

Entonces Rodríguez pagó un abogado y a los cuatro días ya le estaban resolviendo que podía llevárselos con él.

Dice que lloró como un niño de la felicidad y de eso ya hace cinco años. Pero fue hasta hace seis meses que salió la custodia definitiva a favor de él.