Nacional

En manos del Señor: La cultura del guaro

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La violencia se ha generalizado en Costa Rica. El deporte no se escapa de ese flagelo. Esto lo vimos y lo sentimos muy claro durante el partido de fútbol entre el Club Sport Cartaginés y el Club Sport Herediano.

Barras enfurecidas por viejas y estúpidas rivalidades que no valen un marcador del encuentro. Este ejemplo tiene que servirnos para que nunca más se repita la historia.

Algo similar sucedió en Santa Clara de San Carlos cuando se armó una gran pelea donde, incluso, resultaron heridos unos nobles y valientes policías.

Uno de los problemas elementales se producen por la ingesta excesiva de licor de parte de los ticos. Y no me vengan a decir que soy mojigato, ustedes lo saben muy bien. Esa exaltación del viernes no es más que un motivo para beber y detrás del “pura vida, mae” de los ticos hay mucha cerveza. Los clubes y centros de asociaciones son unas guareras.

Detrás de la felicidad efímera de los costarricenses está el licor. Así somos: "la cultura del guaro", ejemplificada en una película hecha por el Ministerio de Cultura y que sería bueno que la volvamos a ver. En Costa Rica una boda, un bautizo, un quinceaños, un partido de la Selección Nacional no sería nada si faltara el “guaro blanco, que es un alimento” (como dice la canción de Lencho Salazar).

Como conclusión y espero que no ser inoportuno, debemos de clarificar cuáles son las diversiones que tenemos los hijos de Tiquicia. Yo no veo una cantina vacía a ninguna hora.

De vez en cuando me llama la atención ver una "mejenga" en un planché y más si es en una plaza de fútbol. En algunos lugares se juega dominó y cartas. Hay lugares donde hay unas pozas naturales donde vamos y todavía quedan algunos salones de baile, pero volvemos al asunto de marras. ¿En que más nos divertimos los ticos? Nos queda de tarea hacer un listado.

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