Los arqueólogos ticos están como locos con el hallazgo de cuatro tumbas precolombinas en las obras de la ruta San José-San Ramón, específicamente en el conector Barreal-Castella, muy cerca del Conservatorio Castella, en Heredia.
El Museo Nacional explica que la evaluación arqueológica realizada encontró una zona funeraria precolombina y permitió la recuperación de cuatro tumbas, múltiples cantos rodados, dos vasijas de barro y un pendiente de oro.
Los trabajos en la primera etapa de la ruta San José-San Ramón arrancaron en mayo pasado (ya va por un 54% de avance) y fue para ese mes que al remover tierras en Barreal de Heredia se activaron los protocolos establecidos en la Ley No. 6703 “Ley sobre Patrimonio Nacional Arqueológico”.
Desde ese momento, el Museo Nacional de Costa Rica tomó control de dos sitios y solicitó a los responsables de la obra (Fideicomiso Ruta Uno) la contratación de profesionales en arqueología para hacer las evaluaciones correspondientes.
Los primeros resultados del estudio contratado son los siguientes:
Zona 1: área de conexión de las nuevas obras con la Ruta 1. Inicialmente se creyó que consistía en un camino precolombino construido con piedras o canto rodado (como lo informamos en su momento); sin embargo, el estudio arqueológico descubrió que se trata de un camino más moderno, construido por el antiguo propietario de ese terreno para facilitar el transporte de la colecta de café.
Zona 2: actual bahía de autobús en sentido San José – Alajuela, a la altura del colegio Castella. La evaluación arqueológica permitió el hallazgo de múltiples cantos rodados, cuatro tumbas, dos vasijas de barro y un pendiente de oro en forma de ave.
Para el estudio se realizó un muestreo con pozos separados por cinco metros y el resultado de esas excavaciones terminó en el hallazgo de una zona funeraria. Todos los elementos se encuentran en su etapa final de análisis.
Magdalena León, arqueóloga contratada por el Fideicomiso para la evaluación, comentó que el sitio donde se realizan las obras es multicomponente, es decir, que tuvo ocupaciones durante varios periodos, lo cual explica que se hayan encontrado elementos precolombinos de distintas fases y postcolombinos.
“Por eso la excavación que se ha llevado a cabo ha sido delicada y minuciosa para poder distinguir bien esos periodos, ya que es un sitio de más o menos 100 hectáreas de extensión”, explicó la experta.
Durante los últimos días, el Fideicomiso informó al Museo Nacional sobre estos primeros resultados de la evaluación arqueológica, donde se destaca que ninguno de los hallazgos compromete el diseño de la obra ni las estructuras arqueológicas encontradas, ya que éstas han sido debidamente recuperadas por la especialista contratada.
Según lo manifestado por Alejandro Araya, supervisor ambiental del Fideicomiso, “la empresa constructora podrá retomar las labores constructivas una vez que la Comisión Arqueológica Nacional levante la suspensión temporal que poseen los sitios en estudio, autorizando de manera oficial la continuación de los trabajos en dichos terrenos”.
De hecho, autoridades del Museo Nacional autorizaron la reanudación de los trabajos en el sitio de la zona 1, quedando pendiente el de la zona 2.