Magally Rojas fue una de las primeras personas en contagiarse de covid-19 en el país y lleva 14 meses lidiando con las secuelas de la enfermedad.
Ella contó a La Teja en marzo pasado que aún no había recuperado el gusto ni el olfato y además que cargaba con un cansancio y unos dolores de cuerpo que le dificultaban llevar una vida normal y en estos últimos dos meses el panorama es muy similar.
“Llevo 14 meses de ‘saborear’ la comida con la vista porque no puedo disfrutar lo que como, ni siquiera puedo cocinar porque me quedan las cosas o pasadas de sal o con poca sal, entonces mi mamá es la que se encarga de preparar los alimentos. Hay olores muy fuertes que percibo, pero como algo rancio y no me huele a lo que realmente es, igual pasa con el sabor, el culantro, por ejemplo, me sabe rancio.
“En el INS querían darme de alta porque llevo más de un año incapacitada. Hace dos semanas me mandaron a trabajar al hospital de Alajuela, donde laboro como enfermera, pero no pude, estuve apenas cuatros días y me volvieron a incapacitar. Desde que llegué el primer día supe que la cosa no iba bien, me bajé del carro y cuando llegué al segundo piso ya no aguantaba, me faltaba el aire y tuve que sentarme a descansar.
Entre mis funciones están ayudar a bañar pacientes y cosas así y cuando me ponía a hacer eso me agitaba mucho y a cada rato tenía que ponerme a descansar, además el dolor de cabeza, en los codos, las rodillas, las muñecas y los nudillos de la manos no se me quita nunca y eso me dificulta desempeñar bien mis funciones”, contó.
Magally dice que el cansancio con el que ella vive es algo tremendo y cuando siente la necesidad de sentarse para descansar debe hacerlo de inmediato porque sino se descompone.
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Trata de adaptarse
La enfermera dice que los médicos que la atienden no saben decirle si las secuelas llegarán a desaparecer porque todo lo relacionado al virus es muy nuevo para todos todavía, por lo que de momento trata de adaptarse a su nueva forma de vida.
“A veces me dicen que me puse mucho perfume, pero es que a mí no me llega nada, entonces no me doy cuenta.
“Antes yo era una persona sana, ahora tengo que tener a mano la bomba de salbutamol porque me agito y me empieza a faltar el aire”, relató.
Magally contó que este miércoles 26 de mayo le pusieron la primera dosis de la vacuna anticovid y eso la tiene decaída.
“Estoy aún más cansada que nunca, es algo exagerado y estoy con una migraña terrible, espero que esto pase pronto.
“Mi hijo Jean Pierre (de nueve años) tuvo covid y también se cansa mucho cuando anda en bici o corre. Los dos estamos tratando de acostumbrarnos a nuestra nueva condición, pero no perdemos la esperanza de que esto algún día desaparezca y podamos vivir como antes de contagiarnos de coronavirus.