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Esposa de profesor que murió por covid: “Yo le decía que fuera al hospital, pero él no quería”

Leandro Rodríguez Montero tenía hipertensión, problemas de corazón y obesidad

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Yanin Arias le pidió durante días a su esposo, Leandro Rodríguez Montero, que fuera al hospital porque lo veía muy afectado por el covid-19, pero cuando por fin le hizo caso ya era demasiado tarde.

El profesor de Matemáticas tenía 44 años y perdió la vida este jueves a las 10:30 de la noche en una cama de cuidados intensivos del hospital Calderón Guardia.

Ella, quien también es educadora, contó a La Teja que fue la primera de la casa en contagiarse de coronavirus, según dijo, lo más probable es que agarrara la enfermedad en su trabajo.

“El sábado 13 de marzo estuve con síntomas, pasé muy mareada y con malestares, estuve en cama, pero solo fue ese día, ya después me sentí mejor, pero seguí con cansancio y me fui a hacer la prueba del hisopado porque yo doy clases a estudiantes de educación especial y no podía exponerlos. Me hice la prueba el martes 16 de marzo y el jueves 18 me dijeron que era positiva.

“Mi esposo empezó con síntomas, entonces lo empezaron a controlar a él también, sobre todo porque tenía varios factores de riesgo: hipertensión, un padecimiento cardíaco y también obesidad. La doctora que nos llamaba para saber cómo estábamos le recomendó que se comprara un oxímetro para que estuviera controlando la saturación de oxígeno y le dijo que si llegaba a bajar de noventa lo mejor era que se fuera para el hospital, pero él tenía miedo de que lo intubaran, así que aguantó y aguantó”, recordó.

Pese a que la falta de aire en Leandro se fue intensificando con el pasar de los días, él seguía con la idea de quedarse en casa, tenía la esperanza de recuperarse solo, pero la situación se salió de control, ya que la saturación de oxígeno le llegó a 71.

“El martes 23 de marzo ya lo vi muy mal y como no me hacía caso llamé a una hermana y le dije que por favor hablara con él y le dijera que dejara que lo lleváramos al hospital. Ese día en la noche él me dijo: ‘está bien, vamos, porque me siento mal’, llegamos como a las 7 de la noche al CAIS de Cañas y lo mandaron al hospital de Liberia, a las 9:30 ya estaba intubado”.

Viaje en avioneta

La condición de Leandro era tan grave que las autoridades de Salud coordinaron un viaje en avioneta para llevar al educador hasta el Hospital Calderón Guardia.

Yanin dice que luego de dos semanas de estar internado su esposo tuvo una leve mejoría, por lo que le quitaron el sedante.

“Nos ayudaron a hacer una videollamada en la que mis dos hijos y yo le dijimos que lo estábamos esperando, que luchara, él no podía hablar, pero sí entendía y nos movía la cabeza.

“El estar inmóvil tanto tiempo y los efectos del covid-19 hicieron que los órganos le empezaran a fallar, tuvo problemas en los riñones porque no orinaba bien y hasta le tuvieron que hacer diálisis. Le pusieron una traqueotomía, pero eso hizo que se le hiciera un hongo y le entrara una bacteria y al final murió por todas las complicaciones”.

Los familiares de Leandro mandaron a cremar los restos del profesor y esperan que este sábado sus cenizas lleguen a Tilarán, donde vivía con su esposa y sus dos hijos.

Gran legado

El educador trabajaba como profe de Matemáticas en el Liceo Manuel Araya Venegas, en Cañas, Guanacaste.

Este viernes el centro educativo compartió un mensaje de despedida para el profesor que dejó un alegre recuerdo en la mente de sus estudiantes y compañeros.

Vilma Matamoros, suegra de de Leandro, contó que él siempre fue un hombre servicial y ejemplar.

“A mi casa siempre traía comida para ayudarnos, nos llevaba a pasear, siempre nos trató con mucho respeto, fue una gran persona y duele mucho que ya no esté”.

Su esposa lo describió como un hombre muy alegre que siempre hacía reír a quienes lo rodeaban y que se entregó por su familia.

“Me duele mucho no haberme podido despedir de él, yo estuve hablando con un médico hace unos días y le dije que necesitaba hacer una videollamada para que los hijos y yo lo viéramos porque ellos me decían que les hacía falta que el papá les dijera cosas bonitas, pero no se pudo por la condición tan grave en la que él estaba”, dijo la esposa de la víctima.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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