Nacional

Este 1 de mayo se vivió una elección de directorio legislativo muy distinta por causa del COVID-19

Poquita gente, restricciones con respecto a las distancia y mucha limpieza. Eso sí, la elegancia estuvo presente

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Este viernes se realizó una sesión muy distinta para elegir al nuevo directorio legislativo, debido a pandemia del COVID-19

No obstante, el cambio viene desde el 23 de marzo, fecha en la que los diputados empezaron a sesionar en el Auditorio Nacional del Museo de los Niños para cumplir con las reglas de distanciamiento impuestas por el ministerio de Salud.

Y es que las distancias entre las curules en el Plenario que se ubica en el Castillo Azul, en Cuesta de Moras, son de 40 centímetros, mientras que la distancia recomendada por el Ministerio de Salud es de 2 metros, por eso salieron soplados de la Asamblea.

El Auditorio Nacional tiene capacidad para 400 personas, sin embargo, como parte de las medidas impuestas, este viernes solo pudieron ingresar los 57 diputados y unos cuantos asesores.

La prensa solo pudo estar en las afueras y también de forma reducida, porque solo permitieron la acreditación de un periodista por medio, cuando normalmente se envían equipos completos para cubrir esta actividad.

En sana teoría los periodistas debían portar mascarillas como uno de los requisitos, pero muy pocos cumplieron la orden.

Elegancia y buen porte

Eso sí, la elegancia y el buen porte no se quedaron de lado, pues tanto hombres como mujeres lucieron sus mejores galas como es costumbre en esta fecha.

También es válido resaltar que hubo legisladores que le tendieron la mano a pulseadores que la están viendo dura con la crisis.

Como por ejemplo Carolina Hidalgo, del PAC, quien mandó a hacer su vestido con una costurera del barrio y así le metió el hombro. También nos contó que la peinaron sus primas, por la misma razón.

Paola Vega, del PAC, aseguró que ella, como todos los años, prefirió apoyar a un diseñador local, Erick Mora, conocido como “Amo y señor”, quien le diseñó un bonito vestido negro de cuello en uve.

El legislador Pedro Muñoz, del PUSC, confesó que el saco que andaba puesto era de su hijo, de 16 años, y aseguró que se sentía como un quinceañero metido en la ropa de un adolescente.

“Se me perdió el anterior, pero estoy muy contento de que todavía quepo en el saco de mi hijo. El primero de mayo del año pasado también lo usé así que me mantuve a raya”, indicó orgulloso.

La diputada Laura Guido contó que ella prefirió seguir la tendencia de cero desperdicio.

“Es una pieza que tenía de la marca nacional Obra Gris, del artista Óscar Ruiz, quien trabaja con la política cero desperdicio pues trata de utilizar toda la tela, entonces de lo que sobra hacen tiras o accesorios. Lo hizo a mi gusto", aseguró, al tiempo que dijo que usa el pelo rojo para inyectar energía.

La congresista Aida Montiel respetó el protocolo del negro, como la gran mayoría de sus colegas, e indicó que solo se puso un collar de otro color para romper un poco.

Los zapatos los usó bajos, porque nos comentó que había sufrido una caída en Guanacaste, la provincia que representa, y no ha querido usar tacones porque le dan inseguridad.

A lavarse las manitas

Tanto los diputados, como asesores y periodistas debieron cumplir protocolos de lavado de manos y distanciamiento social.

Aunque el departamento de Servicios Médicos de la Asamblea Legislativa recomendó el uso de máscaras faciales protectoras, en las afueras del Museo de los Niños y en en el Plenario vimos a muy pocos legisladores usándolas.

Shirley Sandí

Periodista.

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