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Este es el mundo de fantasía en el que vive el presidente de la Corte Fernando Cruz

Gana ¢8 millones al mes y dice que es de clase media

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El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Fernando Cruz, vive en un mundo de fantasía donde los pobres tienen chuzos de carros, van a lujosos restaurantes y meten a sus hijos a escuelas y colegios privados con mensualidades de por lo menos 4 tejas.

Decimos esto porque el martes anterior, el magistrado, quien se echa casi ¢8 millones al mes, dijo que con ese salariazo es un ciudadano más de la clase media del país. Lo que tal vez no sabe es que quienes sí pertenecen a este grupo viajan en bus, comen arroz con pollo en fiestas familiares y de vez en cuando la ven fea para pagar los recibos de la casa ¿lo puede creer?

Para que usted tenga una idea, en el mundo real, no en el de Fernando Cruz, una persona de clase baja gana al mes en promedio entre ¢200 mil y ¢600 mil, una de clase media entre ¢700 mil y ¢2 millones, mientras que una persona de clase alta gana de ¢3 melones para arriba.

El economista Leiner Vargas, dijo que si nos metemos en el mundo de Cruz, las personas de clase baja o como usted, que está leyendo el periódico, ganarían entre ¢1 millón y ¢4 millones, los de la media entre ¢4 millones y ¢9 millones y los de la alta de ¢10 millones en adelante.

“Si le seguimos el juego a don Fernando, prácticamente los únicos de clase alta que habría en el país serían Gustavo Matosas (entrenador de la Sele) y algunos gerentes de bancos”, comentó.

Bajo este panorama, ni el presi Carlos Alvarado, que gana cerca de ¢6.5 millones, o los diputados que reciben ¢3.9 millones al mes serían de clase alta.

Los lujos que se puede dar

De acuerdo con el análisis de Cruz, si usted es de clase baja y ahorra por lo menos dos meses, se podría ir sobrado de vacaciones, ojo, no a los mejores hoteles de Guanacaste o Puntarenas, sino que le alcanzaría para irse a Acapulco en México con su esposa o esposo. Si tiene güilas podría jalar a Disney en Estados Unidos. El costo para ir a estos dos destinos solo o con tres familiares ronda los 2 melones.

Pero eso no es todo, también se daría el lujo de cambiar las salchipapas, las empanadas y las hamburguesas de la sodita que visita una vez a la quincena, o la chuleta encebollada que se manda todos los días en el almuerzo por las comodidades de lujosos restaurantes en los que invertiría mínimo ¢50.000.

Ahora que se viene diciembre, los tamales los haría con carne de chancho de calidad no con la que tiene pellejo y enferma a media familia.

Olvidarse de viajar en bus sería posible, comprarse un carrito nuevo no estaría pegado al techo ya que en promedio se pagan 3 tejas de mensualidad.

Con estos sueldazos, dejaría de ver las mejengas de la “S”, la Liga, el Team y Cartaguito por tele y se convertiría en un aficionado que va a los estadios, y a palco, todas la jornadas.

Eso no es nada

La cosa “cambea” como dice Chibolo, si hablamos de los que conforman la clase media que es en la que, según las fantasías de Cruz, está él.

De acuerdo con el economista Leiner Vargas, la vida variaría mucho en relación al grupo anterior, ya que estos podrían viajar al otro lado del charco.

Por ejemplo, ir a España a ver Keylor Navas chupando banca con el Real Madrid, visitar Rusia donde fue el Mundial o conocer cualquier otro destino, ya no serían un sueño, sino una realidad.

Si usted es un tata preocupado por la educación de sus hijos, les pagaría las mejores escuelas, colegios o universidades fuera del país.

Si es por comida, podría reservar prácticamente cualquier lugar, pagar un chef para que lo atienda y le prepare lo que quiera.

Por su parte, los que estén en la cima de las clases sociales, osea los que perciben más de ¢10 melones al mes, tendrían la vida aún más resuelta, pues con unos cuantos meses de ahorro se darían cualquier lujo.

¿En dónde metemos al japonés?

El 10 de octubre anterior se anunció que el multimillonario japonés, Yusaku Maezawa pagó aproximadamente $5.000 millones para dar una vuelta a la luna junto con 8 amigos.

El viaje lo hará en el 2023 con la compañía privada espacial Space X.

La pregunta para don Fernando Cruz es ¿en cuál categoría entra este personaje?

Lamentablemente, las palabras de Cruz, además de ofender a muchos, solo sirvieron para ilusionarnos con ganar salarios altos, para imaginarnos lo que haríamos con todo ese dinero y para saber que hay que seguir trabajando para tener el arroz y los frijoles de todos los días.

Bryan Castillo

Periodista

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