Ingris Yanira Tellería le tenía mucho miedo a la vacuna anticovid, escuchaba que la gente decía que podía hacerle daño y por eso no se la quería poner, pero le tocó enfrentarse al virus y se arrepintió de no tenerla porque estuvo apunto de morir.
La sobreviviente es estilista, tiene 33 años, padece de presión alta y vive en San Isidro de Heredia. Hasta inicios de setiembre pasado llevaba una vida normal con su esposo, pero el virus le llegó de sorpresa y le puso la vida cuesta arriba, tanto así que ahora que ya salió del hospital está aprendiendo de nuevo a caminar y a valerse por sí sola.
La pesadilla de Ingris inició el 18 de setiembre, poco después de regresar de un viaje en el que sospecha, se contagió. Ese día empezó a sentirse con dolor de cabeza y un cansancio terrible, así que fue al hospital de Heredia y le hicieron la prueba del covid-19.
“Dos días después (el 20 de setiembre) me dieron el resultado y era positivo, ese mismo día me tuvieron que internar porque yo me cansaba demasiado con solo caminar, mis pulmones estaban muy afectados por el virus. Me pasaron de una vez para la UCI y me pusieron una especie de globo para ayudar a los pulmones, pero no respondían, así que llamaron a mi esposo y le dijeron que me iban a intubar de una vez.
“Después de eso lo que recuerdo es que desperté y un doctor me dijo que ya estaba superando el covid, me preguntó si sabía cuánto tiempo tenía de estar en el hospital, yo le respondí que cuatro días y me dijo que tenía veinte días.
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Al borde de la muerte
Mientras Ingis estuvo intubada desarrolló una infección que le afectó el corazón, los pulmones y los riñones.
“Me puse muy mal, en el hospital de Heredia me desahuciaron y me mandaron al hospital México en shock séptico (una infección generalizada en el cuerpo), pero ahí lucharon por mi vida. Me hicieron doce cirugías para hacerme lavados y limpiarme los lugares donde tenía infección, principalmente el cuello y los pulmones, en un momento dijeron que ya no había nada que hacer por mí, me dieron doce horas de vida, pero Dios actuó y me sacó de ahí.
“Estuve internada del 22 septiembre hasta diciembre el 10 de diciembre. Cuando salí de la UCI las personas que trabajan en el hospital México se alegraron mucho y me apoyaron, hasta me llevaron una bomba para festejar. Yo sentía en mí el poder de Dios, sabía que era un milagro y por eso me siento agradecida infinitamente con él y los médicos que lucharon por salvarme”, aseguró.
La estilista perdió tanta masa muscular que no puede caminar bien, además, cuando le dieron la salida aún tenía una traqueotomía y una sonda en la nariz por la que se alimentaba.
“El 23 de diciembre tuve otra cita en el hospital México y gracias a Dios me quitaron la sonda y el tubo que tenía en la garganta. Ya puedo comer y con la ayuda de mi familia y terapias ya doy mis primeros pasos”, contó orgullosa.
Ingris dice que se suponía que tenía que empezar una terapia física en el hospital de Heredia, pero ha llamado varias veces y nadie le da razón, entonces su mamá ha estado viendo tutoriales en YouTube y con lo que ve ahí le hace las terapias.
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Dolorosa lección
La sobreviviente dice que luego de pasar por una experiencia tan dura, ve la vida de forma diferente.
“Este proceso fortaleció mi fe, me hizo ver el amor de Dios, unió mi familia y también me demostró quiénes son mis verdaderos amigos.
“De corazón le digo a la gente que se cuide porque esta lucha contra ese virus es seria. Debemos ser responsables porque no todos sobrevivimos. Antes yo le tenía miedo a la vacuna, pero ahora le digo a todos que se la pongan porque así protegen su vida y la de las personas que aman y están a su alrededor; ya yo me puse la primera dosis, la segunda me toca en febrero.
Antes de enfermarse la estilista trabajaba en lo propio y hasta tenía su línea de productos, pero ahora no puede trabajar porque apenas está empezando a caminar y hablar de nuevo y le falta un largo camino para fortalecerse y retomar su vida.
Ella cuante con el apoyo de su esposo, quien es bodeguero, y su mamá, quien la cuida todo el día porque por su condición necesita que la ayuden en todo momento.
Debido a que tiene meses de no poder trabajar la situación económica de Ingris se ha complicado muchísimo, sus conocidos han estado ayudándola con víveres y platica, pero ella está preocupada porque sabe que su recuperación será larga. Si usted quiere ayudar a esta valiente puede contactarla al teléfono 7045-8463.