Estudiante tico de medicina fue una de las mentes más brillantes en prueba mundial de internado

Joven estudió hasta 14 horas por día para alcanzar sobresaliente nota

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Si va al hospital San Juan de Dios y lo atiende un joven doctor llamado Diego Azúa Morera, sepa que en mejores manos no podrá estar.

Diego tiene 23 años, es estudiante de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR) y en diciembre del 2019 destacó como una de las mentes más brillantes en la prueba mundial de internado, con una nota de 90.

Este es un examen que deben hacer todos los estudiantes de Medicina del mundo, a excepción de los que cursan estudios en África, la prueba sirve para medir el grado de conocimiento en muchas áreas de la salud.

Quienes lo pasan se ganan el derecho de hacer la práctica profesional en algún centro médico de su país y los que reprueban, deben esperarse seis meses para hacerlo nuevamente.

La prueba la hace la Fundación Internacional de Medicina a través del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social de la Caja Costarricense de Seguro Social.

El examen consta de 160 preguntas, en el que se evalúan conocimientos relacionados con enfermedades, medicamentos, exámenes para detectar algún mal, pediatría, ginecología, radiología, psiquiatría, entre otros.

Este costarricense, oriundo de Escazú, rebasó por mucho el promedio general de 57 que sacaron los 4.600 estudiantes que se inscribieron para hacer el examen.

Gracias a su nota, Diego está haciendo su internado en el San Juan de Dios y según nos cuenta, cuando supo que se ganó un 90, no lo podía creer.

“Me preparé mucho, dos semanas antes de hacer el examen me levantaba a las cinco y media de la mañana y pasaba estudiando hasta las ocho de la noche. En mi caso la clave fue la disciplina”, detalló.

Para este ejemplar joven, la nota fue muy importante, aunque considera que lo que realmente vale es aplicar ese conocimiento para ayudar a los pacientes.

“Parte de la felicidad es ayudar a personas a recobrar salud, uno siempre se siente bien por eso y porque la gente se sienta satisfecha con la atención que se le da, creo que eso es a lo que debemos aspirar todos los médicos o futuros médicos del mundo”, comentó.

Diego inició su internado el 2 de enero y lo terminará el 31 de diciembre, luego de ello estará listo para recibir su título como médico en el 2021.

En el país, 637 estudiantes de universidades públicas y privadas hicieron la evaluación, de ellos, pasaron 494 y reprobaron 143.