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Exsilbateros consideran que las agresiones a árbitros son más comunes de lo que se piensa

Wálter Quesada y Ramón Luis Méndez están indignados por brutal puñetazo que le dieron a un referí el domingo

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Ramón Luis Méndez le dio apoyo al árbitro agredido. Foto: Alejandro Gamboa. (Alejandro Gamboa Madrigal)

Lo que le pasó al árbitro José Luis Valverde el domingo anterior, quien fue agredido en un partido de canchas abiertas en Pococí entre los equipos de Guácimo y Las Gaviotas, puso temblar a más de un silbatero que ahora lo pensará dos veces antes de jugársela en estas mejengas.

Para los exréferis, Wálter Quesada y Ramón Luis Méndez, este tipo de situaciones son más comunes de lo que la gente piensa.

Ambos coincidieron en que los colegiados están expuestos a estas y a otras cosas peores.

“Las agresiones, especialmente en canchas abiertas, es cosa de todos los días, nada más que algunos corren con mayor suerte que otros. Esto no es un tema de actualidad, sino que ha sido de muchos años, con cierto incremento”, afirmó Quesada.

Wálter añadió que la problemática no solo se vive en partidos entre mejengueros, sino también en encuentros de ligas menores y, en menor medida, también se han dado en primera y segunda división.

Añadió que lo más justo es que al agresor se le imponga una sanción deportiva, aunque es consciente que eso no pasará.

“El consejo que le doy a él y a todos los árbitros que se exponen día a día, es que cualquier tipo de agresión no la dejen pasar por alto, que denuncien a el o los agresores, a esos que se creen muy hombres y al final salen huyendo o dando disculpas después de haber hecho un daño tan grande como este”, sentenció.

Por su parte, Ramón Luis Méndez aprovechó para criticar la forma en la que operan varias asociaciones de árbitros, que solo se encargan de cobrar una comisión sin importarles la seguridad de los colegiados.

“Es inaceptable que manden a los árbitro sin antes verificar su seguridad. Debe haber más respeto, no solo de la gente, sino de los encargados de estas asociaciones para que lleguen a arbitrar en buenas condiciones, sin que su integridad esté en peligro como ya está pasando”, detalló.

Tanto Quesada como Méndez también solicitaron a los jugadores tener paciencia y respetar las decisiones de los silbateros, pues el fútbol es para disfrutar y no para pelear.

Aunque el partido no correspondía a la Liga Nacional de Fútbol Aficionado (LINAFA), sino que era de canchas abiertas, desde este órgano informaron que un ataque de estos sería sancionado con un castigo de 4 a 18 meses.

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