EscucharRoberto Samcam, exguerrillero y disidente del régimen de Daniel Ortega, fue despedido este domingo 22 de junio, en la Iglesia de las Ánimas en San Bosco, entre seres queridos, quienes claman por paz para su pueblo.
Samcam fue asesinado el pasado jueves 19 de junio, en su casa de habitación en Moravia, luego de recibir 7 balazos.
A lo largo de la ceremonia, el padre que ofició la misa, pidió una y otra vez paz, no solo para Nicaragua, sino para todo el mundo.
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“Ojalá podamos, en nuestra Nicaragua, encontrarnos unos y otros, reconstruyendo nuestra nación (…) Que seamos un símbolo de esperanza, todos unidos, por el pueblo de Nicaragua”, dijo antes de dar inicio al Padre Nuestro.
Presente
Similares fueron las palabras de Gabriel Samcam, hijo mayor del exmilitar, quien dedicó un par de minutos para agradecer a todas las personas que llegaron a despedir a su papá y levantó su voz para pedir justicia.
“Muchas gracias a todos los diputados y personas que han expresado sus solidaridades hacia nuestra familia. Diputados costarricenses, congresistas, expresidentes norteamericanos, activistas, periodistas y amigos, que han estado con nosotros,denunciando este crimen y por consiguiente, justicia”, dijo.
“Nuestro papá, mi papi, Roberto, fue el mayor detenido del ejército de Nicaragua y ocupó cargos de gran responsabilidad. Pero, también fue un hombre de pensamiento. Fue miembro fundador del grupo Patriótico de Militares Retirados, ensayista incansable y un gran periodista”.
Incluso, recordó que esta no es la primera vez que sucedía algo así y que, en 2018, ya había recibido amenazas de muerte.
“Su activismo y firmeza moral lo ayudaron a denunciar cuando recibió amenazas claras de muerte. Poco después, nuestra casa fue vandalizada.
“Desde antes que yo naciera, él ya denunciaba la corrupción, las injusticias y los abusos de poder. Una vez le preguntaron que por qué denunciaba la corrupción y dijo que nada, ninguna persona, ni gobierno, podían quitarle el derecho de hablar sobre el gobierno”, recordó.
“Mi papá será recordado por su alegría, por su humildad y por su compromiso con los demás. Fue un hombre de convicciones firmes, que hacia lo correcto, sin importar las consecuencias.
Una situación muy emotiva que sucedió durante la ceremonia, y que ponía los pelos de punta, fue que, cada cierto tiempo, una persona levantaba su voz y girtaba: “¡Roberto Samcam!“, a lo que el resto de personas respondían “¡Presente!”.
De hecho, a lo largo del recorrido de la Iglesia de las Ánimas al Cementerio General, se escuchó en varias ocasiones este grito: “¡Roberto Samcam!, ¡Presente!; ¡Roberto Samcam!, ¡Presente!; ¡Roberto Samcam!, ¡Presente!”.
Ataques
Roberto Samcam se exilió en Costa Rica desde el 2018 luego de que, tras décadas en el ejército, se le acusara de terrorismo y crimen organizado, por su aparente participación en las protesas de ese año.
Tras recibir diversas amenazas de muerte por parte de simpatizantes del régimen, tomó la decisión de venirse con su familia al país.
El ataque contra Samcam no es el único que se ha llevado a cabo en suelo tico, contra disidentes nicaragüense.
En enero del 2024, Joao Maldonado, acérrimo crítico a Ortega, y su esposa Nadia Robleto, fueron atacados en el puro centro de San Pedro.
Por este tipo de ataques, es que el ambiente estaba tenso durante la ceremonia.
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Minutos antes de iniciar el funeral, se vivió una angustiante situación que requirió de la intervención de la Fuerza Pública.
Resulta que una Toyota Prado se estacionó al otro lado de la calle, frente a la iglesia y se quedó un par de minutos ahí.
Esa actitud tan sospechosa encendió las alarmas entre los agentes de la Fuerza Pública que estaban cuidando la ceremonia, quienes no le dieron largas al asunto, se acercaron al carro y lo requisaron.
Luego de pedirle la cédula y revisar que todo estuvieran en orden, le pidieron al carro retirarse de la zona y no le quitaron el ojo hasta que estuviera bastante lejos.
De ahí en fuera, la ceremonia se llevó a cabo con normalidad. Si bien no hubo presencia de actuales figuras políticas ticas, la ceremonia estuvo cargada con activistas políticos nicaragüenses.
