Rodolfo Chamorro, su esposa Ivannia García y sus hijos Efraín (7 años), Mayolin (3 años) y Mariano (2 años) durmieron más tranquilos la noche de este viernes.

Eso fue posible gracias al corazón solidario de los oficiales del OIJ del Guápiles, Limón y Bribrí y de muchas personas que se unieron a la causa dada a conocer por La Teja el jueves.

Esta humilde familia tenía una semana viviendo en Platanar, en las orillas del río Sixaola, debido a que Rodolfo, quien es jornalero, solo está trabajando dos días a la semana por la crisis del COVID-19

La platica que se gana solo le alcanza para comprar una bolsita de arroz, huevos, aceite y pare de contar. No podía seguir pagando el alquiler y entre eso y comer, optó por lo lógico y dejó la casa.

Mucha alegría

Carlos Hernández, agente del OIJ de Guápiles, fue el enlace entre la familia, sus compañeros de la Policía Judicial y quienes lo contactaron a través de la página de Facebook Familia Sixaola.

“Nos llena de satisfacción ver cómo tantas familias se organizaron y en solo dos días poder recoger todo lo que nos dieron para llevarles a ellos. Un comerciante asiático de Bribrí nos donó una cama, una abogada de San José que vio la publicación de La Teja nos regaló una mesa y una refrigerador. Tienda Monge también nos dijo que lo vio en La Teja y querían ayudar, así como los víveres que nos donaron otros más”, explicó Hernández.

Peligro extremo

Las condiciones del ranchito hecho de bambú y palma eran tan deficientes que cuando llovía se metía el agua por todo lado.

Solo una esquina se mantenía seca, que era donde se refugiaba la familia.

“Ambos padres se abrazaban con sus hijos en esa esquina, hechos un puño para protegerse del agua", comentó Carlos.

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“Eso realmente me conmovió y me llegó al alma. Además, se protegían de los mosquitos (que abundan) solo con una manta”, explicó el agente.

Por el peligro tanto de una crecida del río como por las serpientes y otros animales y la gran cantidad de personas que pasan a la libre por ahí, doña Ivannia no dejaba salir a los niños del ranchito.

“La única diversión que tenían los menores era ir al río”, explicó Hernández.

Ahora ya cuentan con algunos juguetes donados por los hijos de los participantes, que no lo pensaron para compartir.

Los oficiales lograron reunir en tiempo récord comida, camas, colchones, la refri, la plantilla y una mesa para trasladarlos al centro de Bribrí, donde lograron instalar a la familia.

“Llegamos como a la 1:30 a Bribrí con dos carros cargados de ayuda y ya doña Lie Sirias y el propietario de la casa la habían lavado y la tenían lista solo para llegar a acomodar lo que conseguimos.

"Luego nos fuimos a buscar a la familia al cañal, para llevarlos a su nuevo hogar”, contó Hernández.

Felicidad enorme

Contó Hernández que Efraín iba todo contento e Ivannia ya tenía sus pocas pertenencias listas.

Doña Lie, una mujer de escasos recursos pero con un corazón desprendido, fue quien consiguió la casita y se organizó con otros vecinos para compartir de lo poco que tenían con esta familia.

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También les consiguió la casa prestada por tres meses, solo deberán pagar el agua y la luz.

“Agradezco a los jefes del OIJ de Limón (Álvaro González) y de Pococí (Román Marchena), a funcionarios del hospital de Guápiles, a los trabajadores de Artelec, que juntaron el dinero para donarnos una plantilla de gas y el cilindro nos lo dio gas Santamaría. Llegaron ayudas de muchas partes del país con ropa, víveres y artículos de cocina”, dijo Hernández.

Aseguró que las ayudas no dejan de llegar, gracias a la nota de La Teja, por lo que seguirán llevándoselas a los más necesitados.

“En Monge conocimos la situación de esta familia a través de la nota que publicaron ustedes y quisimos contribuir para mejorar sus condiciones de vida. Donamos una lavadora, una refrigeradora, un camarote, dos colchones, un juego de comedor, una cafetera, sartén eléctrico, olla arrocera, olla de presión y plancha. Adicionalmente, una motoguadaña y una máquina de coser para que los adultos tengan herramientas que les permitan generar ingresos”, aseguró Carlos Fernández, gerente de comunicación de Monge.

IMAS ayudará

En la visita hecha por el IMAS a la familia, Rodolfo reconoció que no cuenta con el dinero para pagar los ¢35.000 del alquiler y en coordinación con la gerente regional de la institución se autorizó el pago de alquiler por tres meses y la compra de platos, vasos, ollas, un juego de comedor y 4 sillas.

El comité municipal de emergencias brindará ayuda humanitaria por desempleo a Rodolfo.