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Familia puso venta de ropa americana a un lado de la calle porque no puede pagar local

Los papás fueron despedidos al inicio de la pandemia y siguen sin conseguir trabajo, pero no aflojan y la pulsean bonito

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Una familia de Upala no tiene entre sus opciones cruzar los brazos frente a las adversidades y la pulsea bonito vendiendo ropa americana, pero como no tiene plata para pagar un local, lo hace a la orilla de una calle.

“Tenemos muchas deudas y nos sobran ganas para trabajar”, dicen con gran orgullo. Y esos deseos se les notan, ya verán.

No había terminado mayo del 2020 cuando a Diany Silva y a Michael Palma los despidieron de sus trabajos por el golpe que ya empezaba a dar en el país la pandemia de covid-19. Y hoy, dos años después, no han conseguido uno estable.

Michael le entra a todo: pinta, corta zacate, en fin... Llevó un curso de salud ocupacional y primeros auxilios, así que también tiene experiencia en eso.

Una familia de Upala la pulsea bonito vendiendo ropa americana de segunda, pero como no tienen dinero para pagar un local, pusieron la venta a la orilla de la calle.

Antes de la pandemia Diany trabajaba en una casa y ahora también busca el cinquito haciendo labores domésticas donde la llamen, pero no se trata de ingresos constantes.

Ya meses atrás le habían entrado a la venta de ropa americana en su vivienda y hace como un mes, en medio de los recibos por pagar y las deudas, al matrimonio se le ocurrió ampliar el negocio y sin darle mucha vuelta decidió irse a la carretera principal que comunica el centro de Upala con el barrio Santa Clara, que es donde viven.

Gracias a los amigos de www.radiosantaclara.cr nos dimos cuenta de esta historia.

“De nuestra casa a la carretera principal hay como un kilómetro, eso no nos detuvo, mis hijos y mi esposo nos organizamos y llevamos la ropita, una mesa y un par de sillas. Todo lo cargamos nosotros y en un dos por tres ya teníamos el puestico”, explicó Diany.

“Sabíamos que al inicio sería complicado, porque es algo a lo que la gente no está acostumbrada; sin embargo, necesitábamos comenzar, ir haciendo el punto, que nos vean y aprendan que vendemos ropa de muy buena calidad y barata”, añadió.

“Estos tiempos son duros y más sin trabajo. Tenemos tres hijos estudiando, yo también estoy estudiando, eso significa necesitar dinero. En la casa no bajamos los brazos, mis hijos fueron a estudiar con los cuadernos, los uniformes y los zapatos del año pasado. No hubo plata para comprarles nada nuevo esta entrada a clases”, reconoció la mamá.

Una familia de Upala la pulsea bonito vendiendo ropa americana de segunda, pero como no tienen dinero para pagar un local, pusieron la venta a la orilla de la calle. En la foto, doña Diany Silva y a don Michael Palma, con sus hijos: André, Kristel y Melany.

Le ponen al estudio

La pareja tiene tres hijos: André, de 20 años, está sacando el bachillerato de noche en el Liceo de Canalete; Melany tiene 18 años y está en cuarto en ese mismo colegio y Kristel tiene 12 años y está en sexto en la escuela de Santa Clara de Upala.

Diany, la madre, cursa segundo del colegio también en el Liceo de Canalete y asegura que no aflojará con los estudios porque está convencida de que entrará a la universidad y sacará un título en contabilidad.

“Con el invierno se nos ha puesto cuesta arriba poner la venta de ropa en la calle, pero siempre lo intentamos. Llegamos temprano y recogemos cuando ya va a llover. El clima es el que nos pone el horario.

“Estamos ahora los fines de semana con el puestico y poco a poco la gente nos ha comprado más y más piecitas”, explica la breteadora, quien dio el teléfono 8904-7979 y el 8313-4033, para cualquier ayuda que se les pueda dar.

Días durísimos

De acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) para los meses de febrero, marzo y abril de este año, en el país hay 325.000 desempleados (149.000 hombres y 176.000 mujeres).

La misma encuesta informó que la cantidad de ticos con trabajo informal anda en los 933.000 (577.000 hombres y 356.000 mujeres).

Conversamos con Vanessa Calvo González, abogada de la Asociación Costarricense de Importadores y Comercializadores de Ropa Usada (Acicru), quien comenta que la venta de ropa americana de segunda es “una alternativa digna para lo que se ha considerado como un derecho humano esencial, que es el derecho a vestirse”.

Acicru informó que en el 2019 se importaron 14 millones de kilos de ropa americana de segunda; en el 2020, 9 millones y en el 2021, 7 millones.

Eso significa ₵4 mil millones en importaciones en el 2019; ₵2.600 millones en el 2020 y ₵2 mil millones en el 2021.

En el 2019, en promedio, cada tienda de ropa americana de segunda empleaba unas 5,5 personas; en el 2020 pasó a 3,3 y en el 2021 a 2,5 personas.

Para el 2019, el país tenía aproximadamente 900 tiendas de ropa americana de segunda, en el 2021 se registraron 760. Unas 380 están en la Gran Área Metropolitana, 114 en la zona sur, 106 en la zona norte, 100 en la zona atlántica y unas 45 en el Pacífico norte.

Muchas familias obtienen sus ingresos gracias a ese negocio.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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