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Fieles católicos recibirán la cruz de ceniza en la cabeza

Medida pretende evitar contagios de covid-19

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La pandemia del covid-19 ha cambiado muchas cosas en el mundo y la Iglesia católica no se ha librado.

Un ejemplo de lo anterior es la celebración del Miércoles de Ceniza, ceremonia que marca el inicio de la cuaresma y en la que los sacerdotes deberán imponer la cruz de ceniza en la coronilla y no en la frente con el fin de evitar contagios.

Este año la celebración caerá 17 de febrero y será muy diferente debido al coronavirus.

La medida es una de las pautas dictadas por el Vaticano para disminuir el riesgo de contagios.

El recibir la cruz de ceniza es un acto simbólico de reconocimiento público de los pecados, con el que comienza el periodo de cuarenta días de reflexión, ayuno y meditación para luego dar paso a la Semana Santa.

La modificación en el ritual fue confirmada por Manuel Rojas, secretario ejecutivo de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.

De acuerdo con el religioso, el 12 de enero recibieron una nota emitida por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de Sacramentos del Vaticano, que se encarga de todo lo relacionado con celebraciones de culto de la Iglesia católica.

No es nuevo

En la nota se reitera que la cruz de ceniza debe colocarse en la cabeza, tal como lo establece el Misal Romano, que es el libro oficial que rige la celebración de la misa.

“Esto no es una innovación, ya se hacía así, el Misal Romano habla de imponer la ceniza sobre la cabeza. En nuestros pueblos la costumbre ha sido de imponer la ceniza en la frente, humedecida, lo que el Misal Romano indica es que se debe imponer en la coronilla.

“Algunos sacerdotes lo hacen así... la cruz se impone, sin mojar, en la cabeza y es la forma correcta de hacerlo en la pandemia”, dijo Rojas.

Otra de las medidas que se aplicará debido a la crisis sanitaria es que el sacerdote ya no se dirigirá a cada fiel cuando imponga la cruz.

Normalmente, cuando el cura impone la cruz le dice individualmente a los feligreses: “conviértete y cree en el Evangelio” o “acuérdate que eres polvo y polvo volverás”. Ahora, el sacerdote lo manifestará desde el altar y para todos los fieles antes de poner la cruz de ceniza.

El tercer cambio, que es opcional para cada cura, es que puede elegir entre imponer la ceniza a sus fieles formados en una fila, o ir hasta el asiento de cada uno de ellos.

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