El robo energía pegándose directamente a los cables eléctricos tiene sus días contados, gracias a la llegada de un nuevo sistema que blinda los cables de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL).
Para entender mejor de qué se trata el asunto, le pedimos a la CNFL que nos llevara a una zona donde este nuevo tipo de servicio se está dando.
Fue así como el pasado miércoles 10 de marzo, vistamos el barrio André Challé en Moravia, en donde este programa, conocido como “Blindaje de la Red Eléctrica en Zonas de Vulnerabilidad Social”, ya se puso en marcha y esta nueva red aislada beneficia a 130 familias, 15 de ellas nunca habían pagado un cinco por la luz que usaban.
Las personas que roban electricidad en precarios, por ejemplo, se pegan directamente al cable que está en los postes y de ahí tiran uno directo hasta sus casas, en muchas ocasiones sin usar los cables indicados, esto puede provocar consecuencias eléctricas como cortocircuitos y hasta incendios. Ya ha pasado.
En André Challé, la CNFL puso un nuevo tipo de cableado que está completamente blindado, o sea, no hay posibilidad de que desde el poste se puedan pegar. Tampoco se puede hacer en ninguna parte del cable que llega blindado hasta la propia casa del que paga el servicio.
Además, este sistema es diferente porque el medidor no está en la casa, se encuentra pegado en lo más alto de un poste, cada vivienda con uno independiente.
Para que cada familia pueda llevar el control del consumo eléctrico, lo que se les deja es como un aparato que se parece a la tapa de un medidor, el cual se enchufa a un tomacorriente normal y se puede tener en la sala o en algún cuarto. Es un aparato nada más para llevar el control.
Con este nuevo sistema se evitará que la gente robe electricidad, según nos explicó Rónald Villalobos Valerio, coordinador de la Unidad de Recuperación y Control de Pérdidas y Harry Alcócer Martínez, coordinador de proyectos de reducción de pérdidas.
Don Rónald quiso dejar claro que el robo de electricidad no es un asunto exclusivo de precarios o barrios humildes, ya que en la CNFL se han quedado con la peluca parada al detectar casos en barrios bien pudientes del país y en casas finas. Cuentan que una vez un señor, que incluso tenía apartamentos de alquiler, vivía pegado directamente de los cables para no pagar.