Las historias de los nuevos millonarios están llenas de agüizotes relacionados con fechas de nacimiento, edades de familiares, pero también de regalos inesperados.
Como el de un señor de 55 años, vecino de Guadalupe que iba con la esposa en el carro cuando escuchó a un vendedor hablar de sus números favoritos, el 12 y el 21, por lo que se devolvió a comprarlos. Solo le quedaban tres pedacitos del 12.
Sin embargo, una muchacha también quería jugar el 12, así que decidió “compartir”, se dejó dos fracciones y le permitió a la muchacha comprar el tercero sin saber que le estaba cediendo un par de milloncitos del tercer premio, él se quedó con cuatro millones.
Esta es una de las historias que contaron los afortunados que llegaron a cambiar premios este martes a la Junta de Protección Social.
Según el segundo corte de ganadores que hizo la Junta, ya pagaron ¢3.541 millones.
Otro detalle curioso es que este martes llegó la primera mujer ganadora a cobrar su platica, una vecina de Heredia, de 59 años, que se quedó con seis fracciones del premio mayor.
Esta herediano se ganó ¢240 millones, la suerte la encontró un día que andaba haciendo mandados y almorzó por el mercado de Heredia.
La Junta aseguró que la señora contó que ese platal lo usará para pagar deudas, viajar, hacerle arreglos a la casa y donar diarios de comida a personas necesitadas.
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