El Gobierno está urgido de un cambio en la estrategia de comunicación con la que está atacando al COVID-19, ya que el aumento de casos de las últimas semanas pone en evidencia que la fórmula actual ya está desgastada y no ha sido efectiva. El discurso a la gente le ha entrado por un oído y le sale por el otro. O sea no le ha llegado, el coronavirus ha matado las ideas en Casa Presidencial.

Este jueves se registró la alarmante cifra de 649 casos, para un gran total de 6485 contagios, cifra que el Ministerio de Salud tenía proyectada para entre el 20 y 21 de julio si la gente hacía caso y obedecía las medidas sanitarias. Y si la gente no hacía caso, como ha ocurrido, esa elevada cifra de se proyectaba para entre el 13 y 14 de julio. Y hasta con estas fechas se quedaron cortos, porque por desobedientes nos adelantamos cuatro días.

Está clarísimo que el tico no está haciendo caso y el Gobierno debe cambiar el discurso, debe impactar.

El motivador Mauricio Corrales asegura que la conferencia de prensa diaria que se hace desde que el coronavirus llegó al país en un principio captaba la atención de la población, pero eso ha ido cambiando.

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“La gente tiene como apagado el sentido común, no ven la pandemia como realmente es sino que la ven como ellos quieren verla... Eso hace que tampoco sirva el sentido de justicia que es lo que hace que una persona le dé valor a algo, mucha gente no le está dando valor ni a su propia vida, menos a la de los demás y ahorita urge que trabajemos juntos, en sociedad, hay que dejar de lado los egoísmos.

“Para cambiar esto hay que causar un impacto en las personas, es necesario que el Gobierno cambie el discurso sobre el tema, las personas que están a cargo de la comunicación tienen que ser mejores vendedores, cambiar el modelo de la conferencia, darle un aire fresco, apelar al amor, a los sentimientos, tocar las fibras más profundas de la gente, apuntar a la inteligencia”, aseguró Corrales.

El publicista Jeancarlo Porras coincide con el motivador y dice que urge una estrategia informativa.

“Siento que lo que han hecho es como tratar de meterle miedo a la gente y no se ha tratado de educar a las personas. Se ha dicho hasta la saciedad que hay que lavarse las manos, que hay que mantener el distanciamiento físico, que hay que quedarse en casa, entre otras cosas, pero muchas personas no saben ni siquiera que es realmente una pandemia y no ha habido una campaña informativa que lo explique.

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“Es tanta la ignorancia que hay en gran parte de la población que muchos se niegan a subirse en el mismo bus que personas que trabajan en un hospital o se dan cuenta de que un vecino se contagió de COVID-19 y ya hasta quieren apedrearle la casa, todo eso se da por falta de información”, dijo Porras.

Les agarró tarde

Por su parte el publicista y mercadólogo Luis Céspedes asegura que a las autoridades les agarró tarde para poner en práctica una campaña de comunicación real para combatir el coronavirus.

“Costa Rica tenía la ventaja de que ya sabía que el COVID-19 iba a llegar, cuando el virus estuvo haciendo estragos en China se debió haber empezado aquí a educar con el lavado de manos, el distanciamiento físico, se pudo haber aprovechado que los centros educativos no habían cerrado aún para enseñarles a los niños y jóvenes como enfrentar la enfermedad.

“A estas alturas aún no hay una estrategia de comunicación eficaz, porque déjeme decirle que ver todos los días, mientras uno se come el arroz y los frijoles, una conferencia con malas noticias que van dirigidas a un pueblo de Costa Rica lleno de sicosis, que está con hambre porque todos los días están despidiendo gente, al que le rebajan el salario, para nada va a ayudar a hacer conciencia, eso más bien lo que crea es un estado de tensión. ¡Diay! No nos está matando la pandemia sino la calidad de información que nos dan”, aseguró.

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Céspedes dice que aunque ya es tarde, el Gobierno aún puede modificar la estrategia para mejorar el discurso.

“Yo haría una campaña en dos etapas, una que llamaría ‘Esta es la realidad’, en la que en un lenguaje muy sencillo explicaría cómo está el país en ese momento y una segunda fase con anuncios, spots, cuñas de radio, posteos en redes sociales y anuncios en periódicos con imágenes icónicas que permitan a los diferentes sectores del país sentirse identificados con el mensaje.

“¿Cómo cree usted que se siente una persona sencilla, que siembra el campo al ver al ministro Salas y al presidente de la Caja, Román Macaya, todos encorbatados y con trajes finos, dándoles un mensaje? Le aseguro que no se sienten identificados con ellos”, expresó el especialista.

Céspedes dice que la mejor forma de comunicar es apelar a la emotividad de la gente, hablando claro y en sencillo, pero sobre todo, haciendo que la gente se identifique con el mensaje que recibe.