Si usted ha sentido que sus recbidos de luz han venido un poco más altos de la cuenta, hay una explicación para eso. Pero, detrás de todo este tema, hay una pleito digno de telenovela que debe conocer, entonces vamos lento.
Todo comenzó con la Contraloría General de la República (CGR), que realizó una auditoría en el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y en la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP).
En dicha auditoría se dieron cuenta que ambas instituciones tomaron una serie de decisiones que ocasionaron dos cosas.
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Primero, aumentaron el riesgo de tener que realizar racionamientos de electricidad para este 2025.
Y segundo, que en vez de bajar las tarifas de luz, por el contrario, las encarecieron.
Ahora, ¿cuáles son esas decisiones que se tomaron? El informe las deja claritas.
- El ICE retiró dos plantas térmicas en Moín, generando pérdidas por ₡12 mil millones.
- Al retirar esas dos plantas en Moín, se tuvieron que alquilar plantas térmicas externas, lo que costó $40 millones (₡20.120 millones) extra.
- Para el 9 de mayo de 2024, no fueron aprovechados 166 megavatios hora de energía, lo que equivalente a $149 mil (unos ₡74,947,000).
Por si fuera poco, la CGR se dio cuenta que entre el 2023 y el 2024, los ticos pagamos ₡58 mil millones de más porque no se ajustaron bien las tarifas.
Además --y acá es donde se pone feo el tema--, resulta que el ICE acumula ₡128 mil millones por compras de combustible para la generación térmica y por importar energía.
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Ahora pagan justos por pecadores y esos ₡128 mil millones se los van a cobrar a los usuarios en las tarifas de este 2025.
Duro golpe
Pero, ¿cómo llegamos hasta este punto? A ojos de la Contraloría, se debe por el cambio que se hizo a la hora de ajustar las tarifas.
Resulta que, tradicionalmente, el ICE ajustaba las tarifas eléctricas cada tres meses para reflejar los costos reales de generación.
No obstante, a partir de noviembre de 2023, se le pidió a la Aresep que estos ajustes se hicieran de manera anual.
El problema es que este cambio provocó que los costos reales de generación no se reflejaran a tiempo, lo que los ha llegado a acumular una deuda significativa.
A esto hay que sumarle que por la sequía que ocasionó el fenómeno de El Niño, se tuvo que comprar diésel para poner a funcionar las plantas térmicas lo que, inevitablemente, incrementó los costos de generación.
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Eso sí, el ICE y la ARESEP no se quedaron callados y salieron en defensa propia.
Ellos aseguran que la decisión de cambiar la metodología para calcular las tarifas es legítima, técnica y conforme a la ley, además de que aseguraron que fue “para proteger al usuario final de pagar un costo mayor”.
Incluso, aseguran que, de no haberse aprobado, las tarifas hubieran sido mucho más altas en períodos cortos.