Los vecinos de San Isidro de Heredia le dieron el último adiós a Gerardo Vargas, más conocido como Lalito, en agradecimiento por la compañía que él les dio en tantos momentos de dolor.
El hombre, de 39 años, se caracterizaba por asistir a todas las velas y funerales que ocurrían en ese cantón florense y sus alrededores, por eso, cuando se dieron cuenta de su muerte, varios grupos se organizaron para correr la voz e invitar a que llegaran a despedirlo, y no le fallaron.
La iglesia de San Isidro lució a reventar este jueves por la mañana para en una emotiva ceremonia en la que despidieron a un personaje del pueblo.
Uno de los que dijo presente fue Gilberto "Yuca" Vargas, quien recordó los momentos compartidos con Lalito en estos años.
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"Yo soy un poquito durillo, pero hasta se me salieron las lágrimas recordando lo que viví a su lado, como una vez que me regañó porque no le guardé la máscara de La Chilindrina, que era la que más le gustaba para participar en los payasos. Esa vez hasta la había escondido detrás de mi casa para que no se la quitaran y siempre se la ganaron. Vieras, ni mi tata ni mi mama me habían trapeado como lo hizo esa vez él", recordó con nostalgia Vargas.
El padre Ronald Fallas fue el encargado de oficiar la misa y comentó que la comunidad se desbordó en amor, signos de solidaridad y fe para despedir a un miembro muy especial de la parroquia.
El sacerdote agregó que Lalito dejó un testimonio de vida y fue símbolo de humildad, sencillez y cercanía. Finalmente, agradeció a Dios por el regalo de haberle conocido.
"Hemos perdido a un hombre muy querido, de lo más grande de San Isidro de Heredia. Muestra de ese cariño es ver esta iglesia llena. Es una persona insustituible, él llenaba los corazones de todos en la comunidad", dijo con pesar el conocido Yuca.