Juan José Valverde, de 32 años y vecino de San Sebastián, en San José, tiene una historia particular, pues dejó la bebida gracias a los helados que tienen pequeñas dosis de guaro.
Aunque suene contradictorio, Valverde se refugió en estos productos para iniciar su lucha contra el alcoholismo, el cual le causó problemas de salud y personales.
Este joven, que no tiene hijos y vive con sus padres, reconoció que los helados son apenas un primer paso y que se necesita de muchísima fuerza de voluntad para superar esta adicción.
Él conversó con La Teja y afirmó que desde los 26 años hasta los 31 (entre el 2012 hasta el 2017) estuvo sumergido en el alcoholismo, incluso se rehabilitó en 4 ocasiones, pero siempre cayó.
Recordó que su primer peinado pa´tras se lo mandó cuando tenía 14 años, sin embargo, en ese momento nunca pensó que la cosa se le iba a salir de la manos. También nos explicó que perdió 2 trabajos como técnico en aires acondicionados, ya que prefería pegarse la fiesta antes que ir a bretear.
Según él, en la mayoría de los centros en los que estuvo rehabilitado lo obligaron a dejar la bebida de un día para otro, algo que no le sirvió.
“A uno le dicen que deje de tomar en seco, a algunos les sirve, pero en mi caso y en el de otras personas no es así, no es que este método esté mal, es solo que a mi no me sirvió. Al menos yo inicié un proceso para bajar el consumo, por ejemplo, yo me tomaba hasta cuatro pachas de guaro al día, luego eran dos o una”, comentó.
Cuando al fin logró tomarse solo una pacha al día, se enteró que en varias heladerías ofrecían sus productos con ron, whisky y hasta tequila.
Juan José visito varios negocios de estos en San José, Heredia y Alajuela, donde se sintió cómodo.
“Estas heladerías son muy bonitas, yo quería probar si podía dejar de tomar con estos helados. Duré como una semana sin tomar una gota de alcohol, de vez en cuando me compraba un helado y las ansias se me bajaban por completo”, comentó.
“Yo no puedo decir que científicamente los helados me ayudaron, pero sí puedo decir que cambié desde que los probé en junio del año pasado, incluso, en octubre dejé de comerlos porque todo en exceso es malo”, mencionó.
Siete meses sin guaro
Aunque este no es un tratamiento, lo cierto del caso es que Valverde ya lleva 7 meses sin probar una gota de alcohol, algo que no había logrado con ningún otro método.
“Cuando salía de las rehabilitaciones no duraba ni un mes para volver a caer. Hasta este momento yo le doy gracias al de arriba porque no he tenido que luchar tan fuerte para poder controlar las ansias que a veces me dan”, aseguró Juan José.
Hasta 45 sabores diferentes
Iván Otálora, propietario de la heladería Santa Paletta ubicada en el centro de Heredia y donde se preparan paletas con guaro, reconoció el valor de Valverde al dejar este vicio.
“Si esto es cierto, me alegro mucho por él que pudo salir adelante y que siga así porque el único beneficiado será él”, dijo Otálora.
Este empresario nos contó que en su negocio vende helados con cantidades mínimas de alcohol y que son solo para mayores de edad.
“Tenemos sabores de ron con pasas, mojitos, margaritas, sangrías y otros más. A la gente le gusta, incluso, tenemos tanta variedad que contamos 45 diferentes tipos de paletas, hasta hacemos para mascotas”, detalló.
Tratamiento lo puede ayudar más
Luisa Oviedo, doctora que atiende a pacientes con adicciones que llegan al IAFA, comentó que la decisión de Valverde es valiente, aunque no basta solo con eso, pues si no lleva un tratamiento podría recaer.
“Hay casos donde la persona enferma tiene voluntad, pero no llevan un proceso integral que es el que finalmente va poner la balanza. En ese proceso se desintoxica al paciente, se le da acompañamiento psicológico, consejerías y una serie de pasos que ayudan a que la enfermedad sea superada”, afirmó.
Sobre el método, la experta coincidió con Valverde en no recomendarlo, ya que esto no es un tratamiento.
“Le puede servir a una persona, eso no quiere decir que le sirva a todos. Lo ideal es que se lleve un tratamiento”, detalló.
Ticos empiezan carajillos
Jesús Méndez, jefe del departamento de investigación del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, le explicó a La Teja que en promedio los hombres consumen su primer trago a los 16 años, mientras que las mujeres lo hacen a los 19.
“En hombres el consumo es más temprano, estamos hablando que en relación a las mujeres, se adelantan 3 años”, comentó Méndez.