Reservada, introvertida y talentosa son tres palabras que definen a Franea Andrade Martínez, una joven nicaragüense de 15 años que acaba de ganar el concurso literario “Mi derecho a expresar mi identidad”.
El certamen se basó en el diario de Ana Frank y fue organizado por el Instituto Dr. Jaim Weizman, centro educativo privado de la comunidad judía de Costa Rica.
Franea escribió un ensayo en el que compara y cuestiona la voz silenciada de Ana Frank con la situación que viven muchos nicaragüenses oprimidos y silenciados por expresar su identidad y sus opiniones en su país.
La joven ganó entre 43 participantes que representaron a 12 colegios públicos y privados de Tiquicia.
Ella es una estudiante destacada de la Unidad Pedagógica Daniel Oduber Quirós, en Pavas, donde estudia desde tercer grado de la escuela. Es vecina de Villa Esperanza de Pavas, hija única y llegó al país junto a sus padres hace siete años procedente de Managua, desde donde migraron por motivos personales.
Asegura que al principio le pareció aterrador dejar Nicaragua, pero rápido se fue acostumbrando a Costa Rica. Ahora es distinto, ya adoptó la cultura tica y le gusta mucho el país.
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Ama leer
Desde los 9 años le ha llamado la atención la lectura; sus papás le compraban libros y pensaban que solo les echaba un ojo, pero nada que ver, los devoraba.
Durante estos dos años de pandemia se refugió en este pasatiempo para alimentar su conocimiento.
Como es tímida, la escritura se ha convertido en su mayor forma de expresión y por eso no le costó el ensayo ganador, al que tituló “Voces encarceladas”.
Como dijimos, en el texto dice cómo la situación vivida por la joven judía Ana Frank se puede comparar con la forma en que han sido silenciados sus compatriotas por la dictadura y de qué manera les han arrebatado su identidad.
Escribir le sale tan fluidamente que el ensayo, de cuatro páginas, lo escribió durante una madrugada y la siguiente le hizo las correcciones de gramática y ortografía.
Por este ensayo, en el que Franea expone con argumentos cómo el ser nicaragüense, judío o de otra nacionalidad puede ser motivo de persecución en sus propios países, la estudiante recibió el 20 de mayo un reconocimiento de $1000 (¢680.000) otorgado con la colaboración de la Asociación Centro Israelita de Costa Rica.
“La profesora de español (Silvia Paniagua) me motivó a participar en este concurso. Me gusta mucho escribir, es la manera en la que me expreso. Ya me había leído el libro de Ana Frank hace unos años, me pareció muy interesante y comparo lo que ella pasó con la situación en Nicaragua.
“Cuando esto pasó en mi país (la represión tras las protestas del 2018) yo ya estaba en Costa Rica, pero tengo familia allá y seguía todas las noticias por televisión”, explica la joven, quien dijo que ahora pensará más en serio el dedicarse a hacer otros escritos.
“Me duele lo que vive mi país, soy de allá y tengo familia aún ahí. Acá soy consciente de que algunas personas tienen una relación despectiva contra los nicaragüenses, pero a mí nunca me ha tocado sufrir discriminación”, dice.
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Sorprendidos
Los padres de Franea se sorprendieron mucho por el triunfo, en especial porque no les había contado que había decidido hacerle caso a su profesora y participar en el certamen.
Claro, ella también se asombró.
“Jamás pensé que esto fuera a llegar tan lejos, no me imaginé que fuera a ganar. Voy a ahorrar el premio para cuando entre a la universidad, ya que me gustaría estudiar ingeniería en sistemas”, nos dice la joven.
Sus profesores la describen como una de las mejores estudiantes, muy aplicada. Siempre anda con un libro nuevo en la mano y se toma su tiempo con ellos para disfrutarlos.
“Cuando leí el libro (de Ana Frank) me interesó el tema, pero creo que siempre se han vivido estas situaciones, solo que van disminuyendo un poco y casi nadie lo nota”, dijo.