Nacional

La chocoteja es la hermanilla dulce de La Teja

Producto llegó hace siete años desde Perú y pegó en Tiquicia

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Mucha gente tiene un hermanillo que aunque lleva la misma sangre mantienen muchas diferencias.

Algo así le pasó al periódico la Teja, que hace poco encontró a un familiar perdido, un hallazgo que le da vida a una historia digna de contarse en el Show de Cristina.

Se trata de la chocoteja, un sabroso chocolate que resultó ser la hermanita más dulce de La Teja y que llegó para quedarse.

Ella la menor que La Teja y aunque nació en Costa Rica hace siete años (La Teja tiene 11), sus tatas (o su mamá, mejor dicho) nació en Perú, específicamente de Ica, un pueblo al sur de la capital peruana, lugar de donde doña Ana Vásquez aprendió a chinear a este delicioso postre que es muy común en territorio inca.

Doña Ana nos contó que ella llegó al país hace 10 años,ya que se casó con un tico. La señora nos dijo que cuando arribó a Tiquicia no conocía a mucha gente, pero algunas personas le empezaron a echar el hombro y ella les comenzó a regalar chocotejas para agradecerles.

¡Para qué lo hizo! Desde que doña Ana les dio una probadita a los ticos de ese manjar peruano, no pude dejar de hacerlo, todos querían probar el dulce sabor de la tejita.

La Chocoteja le gustó tanto a sus conocidos que ahora le hacen encargos y regaron la bola entre mucha gente, por lo que ella saca de su tiempo libre para hacerlos con mucho amor, ya que tiene un negocio confeccionando ropita.

"Los vendo por docenas, uso dulce de leche y un chocolate modificado por mí. Además les puedo agregar coco, maní, pasas, pecanas, pero este último sale un poquito más caro. Cada chocotejita cuesta 500, pero si lleva pecanas sale en 600", comentó doña Ana.

Esta emprendedora mujer nos contó que tarda cerca de dos horas para preparar el chocolate, el cual pone a enfriar en unos moldes y les agrega el dulce de leche y los frutos y luego le coloca una cubierta de chocolate, ya que son rellenitos.

Para poder dar testimonio de la fama de la chocoteja nosotros decidimos que lo mejor era darle una probadita para contarles a qué sabe.

La prueba estuvo espectacular y podríamos resumirlo con mucha sencillez: ¡Sabe a Gloria!

El toque saboroso y matador se basa en una mezcla de lo suavecito con lo crujiente, por lo que cuando se le pega el ñangazo y se derrama el relleno de chocolate con dulce de leche dentro de la boca, la sensación es espectacular y de inmediato se desea más.

Nosotros probamos la Chocoteja con maní, producto que le agrega el toque final para inflar de sabor los cachetes.

Aunque nunca nos pasó por la mente que la palabra Teja significara lo mismo en Perú, le pedimos a doña Ana a investigar el porqué le pusieron ese nombre en en su país.

La señora, en un principio, nos dijo que no tenía nada que ver con las tejas del techo de que se ponen en las casas porque en Perú casi no hay tejas.

"Cuando usted va llegando a Perú en el avión ve los techos de las casas y todos son planos, no son como los de acá, porque allá, sobre todo en las costas, casi nunca llueve, así que no es necesario tener ese tipo de techo", nos contó la artista.

Pero para hablar y comer pescado hay que tener mucho cuidado, ya que doña Ana estaba pegando un jonrón con cuadrangular incluida.

Lo anterior porque cuando se puso a investigar se llevó la gran sorpresa. Ella llamó a sus familiares, quienes le contaron con pelos y señales la historia de este manjar.

"La gente que empezó a hacer el chocolate al principio dicen que la forma que tenía era similar al de las tejas de los techos después de una nevada, así que las llamaron tejas. Desde ese momento las personas empezaron a decir que iba a preparar tejas y así se quedó el nombre", explicó.

Algunos se preguntarán en qué se parece la nieve al chocolate, pero todo tiene una explicación y es que antes la chocoteja no se hacía con chocolate, sino que la cubierta era una especie de mezcla de azúcar de color blanca y por eso se le comparó con la nieve que quedaba en los techos.

Con el paso de los años la mezcla de azúcar le cedió el puesto al chocolate hasta llegar a la receta original, la cual se la compartió una tía de doña Ana, que aún vive allá.

Y como todo entra por los ojos, Vásquez se preocupa por hacer un empaque muy bonito, por lo que los papelitos con los que envuelve sus manjares los manda a traer desde Perú para darle ese toque original.

Marcelo Poltronieri

Editor web, acomodador del periódico impreso y uno de los encargados de los posteos en las redes sociales de La Teja. Ha trabajado en Grupo Nación desde el 2012 en distintos productos y secciones. Es bachiller en Periodismo y licenciado en Producción Audiovisual en la Universidad Federada San Judas Tadeo.

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