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La historia del Cristo al que el papa Francisco le rezó para frenar el coronavirus

Se trata del crucifijo de la iglesia romana de San Marcello, y que en 1522 fue llevada en procesión por los barrios de Roma para invocar el fin de la peste que la asolaba

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El Cristo Milagroso fue llevado a la Basílica de San Pedro como en 1522 para que frene al coronavirus. Foto AP (Divisione Produzione Fotografica/AP)

Antes de salir a una desolada plaza de San Pedro para darle la bendición al mundo el viernes anterior, el papa Francisco se detuvo ante una imponente imagen de un Cristo crucificado, hizo una oración y le besó los pies.

Luego el sumo pontífice siguió su camino y en una tarde lluviosa y acompañada por el repicar de las campanas y la sirena de las ambulancias, el papa cumplió un gesto histórico al impartir la bendición y la indulgencia plenaria al mundo entero por la terrible pandemia que lo azota.

La imagen a la que el papa oró con tanto fervor se trata del crucifijo de la iglesia romana de San Marcello, que en 1522 fue llevada en procesión por los barrios de Roma para invocar el fin de la peste que la asolaba, por lo que se considera milagroso.

El crucifijo fue trasladado a la plaza de San Pedro para la bendición de este viernes.

El papa Francisco oró al frente del Cristo ante de dar la bendición. Foto AP (HANDOUT/AFP)

Este Cristo es de madera y sobrevivió a un incendio en 1519.

Según los historiadores, el antiguo templo de San Marcello sufrió un incendio la noche del 22 de mayo de 1519 que lo quemó por completo. Al amanecer los vecinos llegaron y se sorprendieron al ver el Cristo de madera intacto entre los escombros, iluminado por una lámpara de aceite que seguía encendida.

Ante lo sucedido los fieles se empezaron a reunir todos los viernes para prenderle una velita y rezar ante la imagen que llamaron Cristo Milagroso.

Tres años después, en 1522, la gran plaga azotó a Roma y se temía que arrasara con todos los habitantes de la ciudad.

Los frailes de los Siervos de María desesperados organizaron una procesión para llevar la imagen a la Basílica de San Pedro como un acto de fe para que la plaga se detuviera.

Las autoridades trataron de evitar la procesión temiendo más contagios, pero pudo más la angustia y fe de los pobladores romanos.

Entre la iglesia de San Marcello y la Basílica de San Pedro hay poco más de dos kilómetros, pero por la grandeza de la imagen y la incomodidad de transportarla sin que nada le pasara duraron varios días.

Cuando el Cristo Milagroso volvió a su casa en la iglesia de San Marcello la plaga se había terminado y los romanos salvado.

Es por esta razón que el papa Francisco salió el pasado 15 de marzo del Vaticano para rezar ante el crucifijo de la iglesia romana de San Marcello y por la que este viernes se detuvo para rezar con fervor ante el Cristo Milagroso por el fin del COVID-19.

En una muestra de fe y humildad el papa le besó los pies al Cristo Milagroso. Foto AP (YARA NARDI/AP)
Felipe Arrieta

Felipe Arrieta

Periodista egresado de la Universidad Latina de Costa Rica. Desde el 2009 ha escalado posiciones en Grupo Nación, desde editor en el 2016 y asumiendo el cargo de director de La Teja en el 2023. Acumulando una valiosa experiencia en el ámbito editorial y periodístico con una sólida experiencia en Deportes, Espectáculos y Nacionales.

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