En pleno setiembre, mes de la patria, un tibaseño ya empezó a decorar su casa con luces y adornos navideños, en lugar de banderas y escudos, como hacen muchos en estas fechas por el Día de la Independencia.
Un vecino fue el que delató en Facebook a este gran amante de la época en la que se recuerda el nacimiento de Jesús.
La jocosa publicación desató un montón de comentarios, por un lado unos criticaban la tempranera decoración, pero había otros que aplaudían y defendían el entusiasmo de quien no se pudo esperar a diciembre para sacar las luces e iluminar sus ventanas.
El responsable de esta anticipada celebración es don Ricardo Noguera, el administrador de hotel Chavenogue, un negocito que funciona precisamente en esa casita tibaseña donde ya se respiran los aires de diciembre.
“La Navidad para mí es la cosa más bonita que hay en este mundo, por eso yo cuento los días para sacar los adornos y ponerme a decorar”, explicó.
Don Ricardo es panameño y vive en Costa Rica desde hace 50 años, acá formó su familia, tuvo sus hijos, o sea, prácticamente hizo toda su vida.
A sus 62 años comparte ese gusto con su esposa Sara Aguilar, de 52 años, quien no lo frena en su gusto por comprar luces y adornitos con los que decora este pequeño hotel y la casa que tienen en Rey Curré, en Buenos Aires de Puntarenas.
Pura emoción
La Teja visitó este “Polo Norte” el viernes pasado para conocer los detalles de esta rutina que repite año a año.
“Tuve una infancia con muchas limitaciones, así que cuando fui adulto y tuve mi propia familia procuré que nos diéramos esos gustos”, contó don Ricardo.
LEA MÁS: Fiebre de la Navidad tarda tres meses en levantar villa
El fanático de la Navidad dice que no puede pasar por una tienda sin emocionarse por las luces y los adornos, todas esas cosas hacen que se le erice la piel y le entren las ganas de sacar todo lo que ha acumulado a lo largo del tiempo.
“Cada año compramos extensiones de luces nuevas porque ahora no es como antes que uno compraba los bombillos y los cambiaba, cada extensión mide entre cinco y diez metros”, contó.
El árbol aún no lo ha comprado, aunque sí tiene claro como lo quiere.
“Siempre compramos uno que mide más de dos metros, lo llenamos de luces y adornos”, comentó.
En nuestra visita notamos que la decoración no está del todo lista, pero don Ricardo explicó que se lleva unos dos meses en terminar porque lo que hace es dedicarle raticos libres.
“Cuando empiezan los meses terminados en ‘bre’ me entra una ansiedad que se me va quitando cuando ya puse todos los adornos de la casa”, explicó.
Hubo un año en que tuvo ayuda extra y eso lo disfrutó montones.
“A mi amigo Luis también le gusta mucho la Navidad, un año me dijo: ‘negro yo le ayudo a poner las luces’, fue un momento muy lindo porque, además de decorar, tuvimos la oportunidad de conversar”, recordó.
Otros que disfrutan la fiebre son Fabián y Alejandro, de 14 y 8 años, los nietos que tiene Noguera de su hija mayor Marcela. Los chiquillos ya tienen marcada la fecha en la que el abuelo empieza a sacar las cajas y bolsas jardineras donde guarda todos los chunches con los que llena de luz y color el pequeño hotel.
Él tiene cuatro hijos más: Ricardo, Esteban, Arturo y Pablo. Ellos no son tan fiebres, pero les divierte ver la forma en que año a año su papá llena del espíritu navideño el lugar.
Comercios también madrugan
Aunque por motivos muy diferentes a los de don Ricardo, los comercios también ya madrugaron con la Navidad.
Los supermercados Pricesmart son de los primeros que tiran la mercadería, lo hacen en agosto. Antes que los chocolates de Halloween lleguen, los renos y muñecos de nieve compiten por la atención.
El resto de los comercios nos tienen acostumbrados a sacar los adornitos después del 16 de setiembre, cuando los chiquillos de las escuelas y colegios cuelguen la ropa de los desfiles.
Así nos lo confirmó, por ejemplo, la encargada de prensa de las tiendas Aliss, quien aseguró que a los amantes de la Navidad los empezarán a tentar apenas pase la fiesta cívica.