El Estadio Nacional y el velódromo dejaron de ser las principales referencias para distinguir al parque Metropolitano La Sabana y al parque de La Paz, respectivamente.
Según el estudio que realiza Luis Herra, del Centro de Investigación de las Ciencias Sociales en la UNED, existe otra diferencia más marcada.
El parque de La Sabana es el preferido por las parejas homosexuales para darse amor, mientras que las heterosexuales (hombre y mujer) prefieren el Parque de La Paz.
Herra aún no ha llegado a las conclusiones del por qué se presenta esta situación, pero sí tiene algunas teorías del por qué las parejas homosexuales se apropian de los espacios públicos para estar con sus compañeros y mucho tiene que ver con que los miembros de la población LGBTI no tienen muchos lugares a dónde ir, pues en los moteles generalmente les ponen trabas para usarlos o no pueden ir a sus casas porque viven con sus padres y muchas veces no aprueban sus preferencias.
Otros recurren a los parques o espacios públicos porque tienen otro concepto de privacidad o son más rebeldes, dijo el investigador.
Similar respuesta da el sexólogo Mauro Fernández, quien asegura que el que los ticos recurran a estos lugares públicos para sus encuentros sexuales no es tanto cuestión de preferencia sino de necesidad, pues la falta de plata les impide pagar un cuarto.
“Además las parejas entre 18 y 26 años viven aún en casa de sus padres y por ende no pueden irse a meter a la casa con sus parejas y ponerse románticos por obvias razones”, explicó Fernández.
Mañana Herra dará la charla “Sexo en espacios públicos” en el edificio La Alhambra, en el centro de Chepe. Queda 50 metros norte de KFC Palace.
La actividad será a las 6 de la tarde, en el marco del festival San José Diversa organizado por el Frente Igualitario de los Derechos Humanos.
Herra está haciendo su investigación con homosexuales, lesbianas, personas trans y con VIH, todos miembros de comunidades normalmente invisibilizadas.
“Mi intensión no es la de reproducir estereotipos, es algo que está pasando en toda la sociedad, sin importar las preferencias sexuales.
“Estoy trabajando en visibilizar las distintas formas de vincularnos socialmente y entender que el espacio público es un privilegio del hombre como ser humano. A nosotros se nos permite andar sin camisa y hasta orinar en la calle y a las mujeres no les es permitido”, explicó Herra.
Más acosados
Otro aspecto que ha podido ir comprobando Herra es la desigualdad existente contra las parejas homosexuales por parte de la Policía, cuando son descubiertas en alguna situación romántica o amorosa en los parques.
“Hay mayor hostigamiento, lo mismo pasa cuando son poblaciones migrantes, pero si se trata de parejas entre hombre y mujer lo que hacen es pegarles color”, contó el investigador de la UNED.
Como la investigación terminará hasta el 2020, aún Herra no ha llegado a ninguna conclusión en su estudio.
Se lo pueden cargar
Si bien solo un 5% de los ticos recurren a lugares públicos para tener algún encuentro amoroso, deben saber que si son sorprendidos por la ley se exponen a una sanción económica equivalente a 30 días multa (monto lo establece el juez), además de que se lo carguen por faltas a la moral, explicó Warner Nájera, asesor legal del Ministerio de Seguridad.
“Es una contravención por faltas al pudor público. Las personas tienen el derecho de no ver ese tipo de comportamientos y máxime si caminan con sus niños”, insistió Nájera. Otro aspecto que, con frecuencia, no se contempla son los riesgos a los que se exponen las parejas que tienen relaciones en espacios públicos como son la contaminación y hasta su propia seguridad porque pueden ser atacados.
Y no se confíe si tiene carro y se calienta el asunto porque si están estacionados en un parqueo o calle solitaria y los sorprende la policía, también puede ir a parar una noche al tabo y tener que paga multa.