Se llama Ana Chacón, tiene 60 años y desde octubre empieza a trabajar para darle una feliz Navidad a los niños.
Ella es la señora Claus y vive en Llanos de Santa Lucía, en Paraíso de Cartago. Esta mujer se entrega en cuerpo y alma para hacerle una fiesta a los niños de esa comunidad.
El pachangón que organiza Chacón lo realiza desde hace 29 años, pero una década atrás decidió darle más colorido al pachangón vistiéndose de colacha. Con el tiempo le terminaron diciendo la señora Claus.
Chacón acumula muchas historias y peticiones extrañas de los más pequeños, pero también alguna que otra ofensa de personas que no entienden lo que hace, ni por qué anda de colacha con tanta anticipación.
La dinámica de esta señora es muy simple, se viste de colacha desde la última semana de octubre y se va pedir todos los días golosinas o dinero a diferentes comunidades de Cartago.
Los confites que recoge los reparte entre los niños de esa y el dinero lo va guardando para organizar la tradicional fiesta y ya esperada por los pequeñines.
Visita sitios como Paraíso, Oreamuno, Turrialba, Tierra Blanca , El Tejar, Taras, Pacayas, Dulce Nombre, La Laguna de Paraíso, Llanos de Santa Lucía y otros, todos en la provincia de las brumas.
El pachangón esta vez será el próximo 8 de enero. Chacón deja de vestirse de colacha el 26 de diciembre, aunque para la fiesta vuelve a apoderarse del simpático personaje.
“Yo misma me fabrico los trajes, ya he gastado dos. Voy a una americana y de allí saco lo que necesito”, explicó la señora Claus.
Chacón es como una chiquilla, pues disfruta montones lo que hace. La sonrisa de un niño al recibir un confite, una galleta o un pequeño regalo no la cambia por nada del planeta.
“Soy la persona más feliz del mundo. Me encanta ver a los chiquitos alegres. Mucha gente se toma videos y fotografías conmigo”, contó orgullosa.
Sin embargo, no todos ven con buenos ojos la gran labor de la señora, pues no ha faltado quien le diga un insulto.
“Por ejemplo, cuando le pido algunos me han dicho que no tienen porque darle nada a esos muertos de hambre, o vieja loca, ya cansa con eso, pero yo no les hago caso”; dijo la mujer.
El éxito de doña Ana es porque se las ingenia para multiplicar lo que le dan y siempre ha tenido para repartir y para hacer la fiesta.
Afinando detalles
La fiesta del 8 de enero la hará en su casa, pues prefiere eso a tener que pagar un salón o algún sitio, como ha hecho otros años, porque sale muy caro.
“Mejor esa platica la agarro para comprar regalos y comidita”, explicó.
Dice que le ha costado mucho encontrar apoyo de grandes empresas y son más bien los pequeños colaboradores los que hacen realidad el sueño de sus pequeños.
“Todavía no sé para cuántos niños será la fiesta este año. Cuando haga la lista me fijo en los regalos y me tienen que alcanzar para todos, no puede faltar ni uno, ¿es que como voy a darle a unos sí y a otros no?”, dijo la señora Claus, quien tiene un corazón tan grande como la fiesta que organiza.
En el pachangón, la señora Claus reparte helados, queque, palomitas, arroz con pollo, frijolitos.
“A la fiesta pasada fue un mago y para esta, supuestamente, vienen unos payasos, pero no cuento los pollos antes de verlos”, expresó la mujer.