Nacional

Las copas prohibidas que muchas quieren probar

Ministerio de Salud alerta sobre producto íntimo que está pegando en Facebook

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Esta es una de las muchas publicaciones que ofrecen copas menstruales. Foto tomada de Facebook.

En los recreos de los coles y de las universidades se habla mucho de las copas menstruales, un producto que se inventó en 1867 pero que actualmente está de moda “gracias” a las redes sociales.

Ahí se asegura que son más amigables con el medio ambiente y resultan más baratas que las toallas de papel tradicionales, ya que las copas se pueden reutilizar hasta por 10 años.

Sin embargo, en Costa Rica su venta está prohibida, ya que no tiene permisos del Ministerio de Salud, por esta razón no se consiguen ni en farmacias ni en otros comercios.

Como es un producto que muchas mujeres están usando, ya que lo consiguen mediante Facebook, La Teja se dio a la tarea de conseguir distintos puntos de vista sobre este tema.

¿Qué son?

Las copas menstruales o vaginales son un recipiente de silicona que se introduce en la vagina durante la menstruación (igual que un tampón), con la intención de recoger el flujo. La copa se adapta a las paredes vaginales independientemente del movimiento que se haga y se puede dormir con ellas. Hay varias tallas, estilos y tamaños para todo tipo de mujer.

Según las páginas que las venden, la copa puede durar en el interior de la mujer hasta 12 horas si el flujo no es mucho, y cuando está llena se saca, se lava con agua y se vuelve a poner. Una vez que termine el período, se desinfecta con agua hirviendo y se guarda en una bolsita de algodón hasta su siguiente uso.

En Facebook se pueden comprar copas a todos los precios, y se las llevan a casa por medio de Correos de Costa Rica. Foto tomada de Facebook.

Las copas menstruales están hechas de silicona quirúrgica, látex o TPE (una especie de plástico o caucho), dependiendo de la marca, material que según sus vendedores es hipoalergénico y libre de químicos, por lo que no causa infecciones.

Urge regulación

La Teja conversó con una de las personas que las comercializa en Costa Rica, quien prefirió que guardáramos su identidad.

“Vendemos una marca certificada por la FDA de Estados Unidos (Administrador de alimentos y drogas). Hay una gran interés de las clientas porque son mejores que los tampones y otros productos desechables y en este año se ha compartido mucha información por redes, entonces lo mejor sería que el Ministerio de Salud regule su venta, porque hay muchas personas que están trayendo marcas que no son certificadas o son copias y ahí se pueden generar inconvenientes para la salud de estas chicas”, señaló la fuente.

La Teja constató que en aplicaciones chinas como Wish se pueden comprar copas desde los 585 colones. La fuente con la que conversamos indicó que productos de calidad cuestan de 15 mil colones para arriba.

“Antes de comprar una copa pidan la certificación ya sea física o digital y busquen información sobre la marca. Nosotros asistimos a ferias y ahí aclaramos muchas dudas. Se han convertido en toda una tendencia entre las chicas tanto por comodidad, como por el respeto al planeta”, aseguró la comercializadora.

Hay más de 30 marcas de copas alrededor del mundo y se mercadean como una nueva forma para que las mujeres la pulseen.

No las compren

Si embargo, en el Ministerio de Salud no las ven con buenos ojos, pues ninguna tiene permiso para venderse acá.

“En este momento no existe ninguna copa menstrual que haya obtenido registro, solamente hay una solicitud en trámite que ingresó hace un mes al sistema, por lo que en su debido momento se estará evaluando”, respondieron mediante la oficina de prensa.

“Se debe recordar a las usuarias que al ser un producto no estéril, que no es desechable sino reutilizable y que va a ser introducido al cuerpo por un tiempo determinado, que no deberían utilizar productos que no han sido autorizados por el Ministerio de Salud”, aseguran.

En la aplicación Wish se pueden mandar a traer desde los 585 colones. Foto tomada de Wish.

Ginecólogos no las conocen

La Teja contactó a cuatro ginecólogos para que nos dieran su opinión sobre las copas. Tres nos indicaron que no las conocen, por lo que prefirieron no opinar.

El único que la conocía es Danilo Medina, ginecólogo del Hospital Calderón Guardia, quien contó que es un producto que se inventó hace muchos años y que nunca ha tenido que atender un incidente por su uso. No obstante, reiteró que si no tiene permisos, no se debe usar.

La primera patente de una copa menstrual se remonta a principios del siglo XX. Es más, el Museo de la Menstruación y Salud de la Mujer en Maryland (EE.UU.) asegura que ya existían rudimentarias copas menstruales desde 1867.

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