Las fotos no mienten: cada lámpara del Teatro Nacional es una bomba de tiempo

Bomberos confirma que urgen para ayer la aprobación en segundo debate del proyecto de remodelación de uno de los símbolos patrios más queridos por el pueblo

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El próximo 19 de octubre el Teatro Nacional cumplirá 122 años y esos más de cien años se notan claramente en el deterioro de diferentes sectores de una estructura que es símbolo patrio.

La Teja hizo un recorrido por el histórico edificio junto a Rolando Leiva, de Ingeniería de Bomberos, quien nos reconfirmó lo que todos sabemos, el teatro es una bomba de tiempo.

Leiva confirmó que los trabajos realizados hasta el momento no son suficientes y que urge para ayer que el Teatro reciba todas las mejoras que el proyecto contempla.

“Cada día que pasa el teatro es un potencial riesgo de incendio. El sector más probable de incendio es el escenario porque es donde hay más materiales combustibles y situaciones que podrían provocarlo: hay telas, madera, mecate.

“Ese sector concentra la mayor cantidad de puntos de calor, de fuentes de ignición y de combustibles. Actualmente los bomberos no vendríamos a apagar un incendio en el Teatro Nacional sino a controlar que el fuego no consuma otras instalaciones porque no se podría hacer casi nada por la estructura”, explicó.

Como para 1897, año de la inauguración, todavía el cable eléctrico no era forrado con plástico y hule, en el Teatro Nacional existen instalaciones eléctricas que están forradas con tela, una tela que ahora es centenaria y está hecha leña, por eso, cada lámpara es una bomba de tiempo que puede incendiarse en cualquier momento.

¿Realmente es el Teatro Nacional una bomba de tiempo que podría incendiarse en cualquier momento?, le preguntamos a Héctor Chaves, director del Benemérito Cuerpo de Bomberos.

"Claro que sí. Las condiciones están dadas: un sistema eléctrico deficiente, sobrecargado y en malas condiciones, muy lejos de adecuarse al Código Eléctrico Nacional, y los materiales, los mobiliarios y los acabados internos son altamente combustibles”, respondió.

Bomberos llegarían muy tarde

“La ausencia de sistemas de detección de alerta oportuna sobre el inicio de un incendio significa que el fuego tendrá tiempo suficiente para desarrollarse y crecer al punto de ser imposible minimizar los daños.

"Los bomberos seríamos llamados cuando las llamas salgan por las ventanas. Cuando eso ocurra, habrá muy poco por salvar”, agregó Chaves.

Don Héctor recuerda que se han hecho grandes esfuerzos por usar pinturas con algún grado de resistencia al fuego en las paredes; sin embargo, el teatro necesita un telón resistente a las llamas para dividir el escenario de la gente y así darle tiempo suficiente a los espectadores de salir del edificio, ante alguna emergencia.

"En este momento nada de eso existe, es decir, todos los huevos están en la misma canasta”, asegura el director de Bomberos.

Chaves fue más allá al afirmar que nuestro teatro está enfermo, pero estamos a tiempo de curarlo y tenerlo con nosotros por muchos años más.

"Debemos recordar que, si bien es cierto, existe mucho patrimonio en su madera, ladrillos y en las obras de arte, el verdadero valor está en el uso para el cual fue creado: el espectáculo artístico”.

Préstamo salvador

En busca de devolverle la salud al teatro a mediados de junio la Asamblea Legislativa aprobó en primer debate un préstamo de $31,3 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para el Programa Integral de Seguridad y Conservación del Monumento Histórico Teatro Nacional de Costa Rica.

Ese préstamo es de más de 18 mil millones de colones, cantidad que, incluso, fue cuestionada por algunos diputados; sin embargo, no es un dinero que alguien solicitó porque le dio la gana, sino que la cantidad se estableció después de profundos estudios en los que estuvo involucrado el Teatro Nacional, Bomberos, el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, entre otras instituciones del Estado. Cada colón está justificado.

Rodrigo Llosent, ingeniero del teatro, nos explicó en una visita que realizamos que el proyecto contempla un sistema de protección activa contra incendios, otro sistema de protección activa-pasiva contra fuego, el cambio total de la instalación eléctrica y todas las partes que se necesitan en este tipo de instalaciones, una total actualización de la tecnología que se necesita en el escenario, así como la construcción de una concha acústica y bretes en la bóveda subterránea.

El ingeniero aclaró que se necesita climatizar la sala principal del teatro, quitar y fumigar grandes secciones de madera en todo el edificio porque el comején se ha dado gusto; se cambiarán alfombras y tapices, se van a restaurar algunas pinturas decorativas y a construir un edificio anexo al teatro.

Este nuevo edificio estará en el terreno que es del teatro y está al frente (en la esquina de la avenida segunda y calle 5), en lo que actualmente es el teatro Vargas Calvo.

La construcción mantendrá al Vargas Calvo, además, recibirá el taller de conservación, las oficinas administrativas, la proveeduría, las bodegas para acomodar todo lo que se necesite cuando se hagan obras de teatro y un salón para que los artistas ensayen. Serán cuatro pisos. El actual edifico solo tiene uno.

Cuatro salvadotas

¿Se está haciendo demasiada bulla con lo de un incendio? Juzgue usted.

El Teatro se ha salvado cuatro veces de un incendio. En 1992 una chispa en el área de los palcos secretos casi quema todo.

En el 2002 otra chispa sobre un colchón de una escenografía en el escenario puso a correr a los bomberos.

En el 2016 un ventilador en la tienda de souvenir pegó tremendo susto y en el 2017 un desperfecto en un motor del sistema de ventilación casi termina en incendio.

Segundo debate

El próximo lunes 1 de agosto el proyecto para salvar el Teatro Nacional de Costa Rica, estaría siendo votado en segundo debate, ocupa 38 votos para ser aprobado.

El día de la aprobación en primer debate hubo situaciones muy particulares entre los diputados, como por ejemplo, la que protagonizó el jefe de Restauración Nacional, Eduardo Cruickshank, quien dijo: “Como el poder de la vida y la muerte está en la lengua, yo declaro que el teatro no se va a quemar, como sí se quemó el teatro nacional de los limonenses, el Black Star Line, el Liberty Hall”.

O como lo que se dejó decir Melvin Núñez: “Y si se quema, bueno diay, hay que revisar, hay que hacer la investigación, porque aquí se habla mucho que se va a quemar, que se va quemar, ya casi se quema, bueno, diay, cuántas cosas se han quemado aquí y no se sabe quién fue”.