Nacional

León XIII cumple 25 años de ser una comunidad donde todos aprendieron a ayudarse

Jennifer Lizano, mujer sola, es el fiel ejemplo de la lucha diaria de los habitantes de esa comunidad

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Jennifer Lizano camina todos los días por las calles de la León XIII. Está acostumbrada a toparse gente buena, pulseadores que venden frutas y verduras, al dueño de la carnicería. También ve a una unidad de la Fuerza Pública, exclusiva para la comunidad y, como en todo lado, a gente que anda en cosas malas.

Ella es una madre pulseadora que ve sola de su hijo de 26 años y que ambos vieron nacer el distrito de León XIII, hace 25 años. Ella tiene 41 años y 35 de vivir ahí.

En ese lugar aprendió a convivir con todos los elementos que se encuentra, mujeres solas como ella, hombres que la fuman, basura por todo lado, vecinos solidarios, niños alegres...

“Soy sobreviviente de bala, mi sobrino murió acribillado, la muerte la he vivido de cerca. Vi a un mensajero morir y he visto mucha gente irse porque hace muchos años vivo aquí. Pero no quiere decir que corramos peligro, caminamos por las calles, nos conocen, nos respetan, nos ayudamos”, dijo Jennifer.

Dos verdades

En un recorrido de La Teja, vimos las dos León XIII. La que está más afuera, la bonita. Es un barrio con alamedas y con gente de todo tipo, buena y mala, decente y cochina. Allí hay un ebais, una escuela, el INA (donde piden requisitos que la gente de esa zona no puede cumplir), la capillita, panaderías, licoreras, pulperías, supermercados, chicharroneras, tiendas. Es como estar en uno de los Hatillos.

También está la parte de los ranchitos, la más feilla, donde le llaman el Martillo y las Tenis, más al fondo, en la última línea del distrito. Allí vive gente humilde, gente buena pero unos cuantos ejercen cierto control sobre los demás.

Esa parte es la culpable de que en 780 metros cuadrados vivan 18 mil personas, pero pueden ser más de 20 mil si se cuentan algunos extranjeros indocumentados. Por eso es el distrito más densamente poblado de Costa Rica, según el alcalde de Tibás, Carlos Cascante.

Cerca de los ranchitos hay un parque al que están a punto de ponerle zacate artificial, además un salón donde hacen fiestas y un planché pequeñito con una especie de play ground. En los alrededores pudimos notar cámaras de vigilancia, que no son de la Fuerza Pública. Tantean el movimiento.

Solo hay un bar, llamado Candelario, frente a la plaza. Luce como cualquier otro, pero es mejor entrar con cuidado. Algunas zonas, sobre todo por la plaza, parecen un basurero a cielo abierto a menor escala.

Eso lo vimos en carne propia, pero para Jennifer, cuando un ministro de Seguridad catalogó a la León como uno de los distritos más peligrosos del país, el estigma que cayó sobre la comunidad fue tan alto que aún hoy lo están pagando.

“Queremos demostrar que no es el lugar donde vive lo que lo hace mejor o peor, es la gente. Yo, donde quiera que vaya hablo bien de la León, de las cosas buenas que tiene, del trabajo comunal que hacemos, del reciclaje, de las mujeres solas, de las charlas de violencia, del autoestima. Llevo a la León en mi pecho”, dijo doña Jennifer.

Sin embargo, ese orgullo no siempre fue así. Hace tiempillo ocultó su lugar de residencia en la cédula para conseguir trabajo. Eso lo hacen muchos. Hoy está orgullosa, pero más que eso, lucha por la comunidad.

Ella es una líder dentro de las diferentes asociaciones de mujeres que se han levantado y trabajan por la León . “Nos amenazaron con ametralladoras, de que no podíamos. Pero aquí estamos”.

Aprendió a convivir porque en la León todos se ayudan, al punto que, según el alcalde, es el distrito de Tibás con menor incidencia en robos, asaltos y homicidios.

Preguntamos a Fuerza Pública cómo catalogan al barrio, pero dijeron que ellos son preventivos y que la valoración le corresponde al OIJ. Dijeron que tienen seis unidades móviles asignadas para todo el cantón de Tibás, y una de ellas exclusiva para la León.

En el OIJ dijeron que es la Fuerza Pública, como policía de prevención, la que debe valorar. Así es la León XIII, tierra de nadie, donde todos aprendieron a convivir.

Franklin Arroyo

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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