Nacional

Los Cholos son los buscadores de tesoros del AyA

Son los encargados de encontrar y de preservar el preciado líquido

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En este país hay un pequeño grupo de cuatro hombres que se encargan de buscar tesoros, pero no son piratas ni coleccionistas que andan tras cosas antiguas, ellos buscan fuentes de agua.

Se trata de Jonathan Guzmán, Pablo Sanabria, Víctor Román y Juan Gabriel Burgos, ellos conforman la Unidad de Captaciones de agua de la dirección de plantas potabilizadoras del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).

Entre sus muchas funciones destacan las de buscar el preciado líquido para ayudar a reducir el faltante que hay en el país, especialmente durante el verano.

Pero eso no es todo, también se encargan de asegurarle el servicio a más de un millón de personas en el Gran Área Metropolitana (GAM).

A este grupo lo conocen en el instituto como Los Cholos, pues a don Enrique Chavarría, quien era el jefe de esa cuadrilla hasta el 2007, cuando se pensionó, le pusieron ese apodo.

Cuando él se fue, quedó a cargo Jonathan Guzmán, quien junto a Pablo Sanabria nos llevaron a varias tomas de agua en Coronado y Goicoechea para explicarnos cómo es que encuentran las nacientes.

“A veces la gente nos llama y dice que hay una naciente, algunas salen de la tierra y otras de paredes de la montaña en zonas altas. También hemos encontrado mientras vamos caminando en zonas verdes, casi siempre cuando nos avisan que hay una y otras cerca, por eso hacemos un recorrido para tratar de encontrarlas”, detalló.

De acuerdo con Jonathan, no todas sirven porque algunas son muy pequeñas y no se pueden tomar, mientras que otras están saturadas de minerales, por lo que no pueden ser tratadas.

“Cuando encontramos alguna fuente lo que hacemos es que tomamos muestras cada hora y las llevamos al laboratorio en envases, así determinados si puede ser potable”, explicó Guzmán.

Cuenta que en ocasiones les ha tocado caminar hasta 16 horas para llegar a una naciente.

“Casi siempre los caminos son trillos muy complicados, aún así vamos, cuando llegamos tomamos las muestras y las llevamos de vuelta, es muy cansado, pero a nosotros eso no nos importa porque estamos comprometidos en que a la gente no le falte el agua”, añadió.

Vigilantes del agua

En el AyA a estos cuatro vigilantes también los conocen como los salvapresas, ya que todos los días deben visitar las estaciones en las que se capta el agua que finalmente llega a la planta de tratamiento, donde posteriormente a través de la tubería llega a las casas.

Esta labor, que parece sencilla, es una de las más importantes en el instituto, pues si no se hace, llegaría poco líquido a los hogares o en el peor de los casos el servicio podría ser interrumpido.

Ellos se encargan de limpiar los filtros de cada una de las estaciones por donde pasa la corriente del río, si estos se taquean, la cantidad de agua que llega a la planta es menor.

A esos filtros se le llaman parrillas y en algunos casos quedan tapados por hojas de árboles, botellas y plásticos que impiden el paso de agua.

Pablo es uno de los que hace este tipo de limpiezas todos los días. Asegura que es una tarea complicada, especialmente en invierno cuando los ríos que alimentan a las plantas potabilizadoras se rebalsan.

“Aunque cumplamos con todas las medidas de seguridad, es un trabajo peligroso, nos ha pasado que nos hemos resbalado o que nos vamos al río, pero por dicha no ha ocurrido nada grave”, nos contó mientras limpiaba el filtro de la toma en el río Macho.

Los Cholos deben hacer estos trabajos todos los días, por lo que tienen estar disponibles a cualquier hora.

“Aquí trabajamos en conjunto con tres operadores, ellos son los que se dan cuenta cuando una toma está tirando menos agua de la normal, cuando pasa eso ellos nos llaman para que vayamos al lugar, casi siempre se trata de basura que está obstruyendo los filtros y sin importar la hora o el día tenemos que ir”, dijo Jonathan.

Poca conciencia

Jonathan y Pablo aseguraron que tristemente en el país todavía hay personas con poca conciencia para cuidar el recurso hídrico.

Los dos tienen 19 y 18 años respectivamente de hacer este trabajo y han visto de todo cuando llegan a limpiar los filtros.

“En estas presas hemos visto a gente que llega a bañarse y realmente estos no son lugares para eso, por ese motivo hay rótulos y están cerrados. Hace como dos años encontramos a un grupo de una iglesia bautizando a gente. Esa vez llegaron en un bus, eran como 60 personas, entonces les explicamos que no podían estar ahí y se fueron”, contó.

“También hemos sorprendido a gente haciendo fogatas y hasta con inflables porque piensan que esta es una poza o una piscina. Hemos encontrado latas y botellas de cerveza, hasta ganado destazado, pero por dicha no en el agua porque eso podría contaminar los tanques”, detalló.

Además de ver estas situaciones, el grupo de Los Cholos también ha sido víctima del hampa.

“Nos han robado herramientas y hasta los celulares, lamentablemente han sido varias veces, pero no nos podemos detener por esas cosas porque sabemos que si lo hacemos mucha gente se quedaría sin agua”, agregó.

De los más importantes

Desde la fundación del AyA el 14 de abril de 1961, el departamento que se encarga de buscar y resguardar el agua ha existido.

Óscar Ramírez, director de Plantas Potabilizadoras del AyA, dejó en claro que la labor que hacen Los Cholos es de las más importantes dentro del funcionamiento del Instituto.

“Aquí el trabajo que hacen todos los departamentos es muy importante, pero el de ellos es muy respetable porque tienen que estar siempre disponibles sin importar la hora. Aquí nosotros les tenemos mucho aprecio y a sus familias también porque sabemos que es difícil estar trabajando durante la madrugada o durante el cumpleaños de un hijo, ellos lo hacen y tienen un alto grado de responsabilidad”, comentó.

El AyA anunció que para este verano hará racionamientos de agua en el GAM que afectarán a 400 mil personas que viven el GAM.

Por este motivo, Los Cholos como cuidadores del líquido, le piden a la ciudadanía ahorrar todo lo que se pueda el valioso recurso.

Bryan Castillo

Periodista

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