Nacional

Los primeros ticos en saber que el covid-19 había llegado

En Inciensa también les tocó confirmar el primer caso positivo porque allí se hicieron las pruebas

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Hace un año, cuando el covid-19 parecía algo muy lejano, el doctor Hebleen Brenes y la doctora Martha Víquez se preparaban para luchar contra el virus, pero sin saber aún la fuerza que tendría.

Ellos son microbiólogos del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) y su misión es conocer el comportamiento de las enfermedades en la población, en particular las que tienen potencial epidémico. El objetivo es prevenirlas y preparar a la gente.

En razón de su trabajo ellos fueron los primeros costarricenses en confirmar el primer caso positivo en el país porque en Inciensa se hicieron las pruebas.

“Nosotros recibimos la información a finales de diciembre y principios de enero, pero nada más se hablaba como un brote de neumonía atípica, en ese momento no tenía nombre.

“Lo que mucha gente pensaba era que se iba a quedar contenido en China, como ha pasado muchas veces. Se le estaba dando atención como se le tiene que dar dentro del marco del Reglamento Sanitario Internacional, pero nadie pensaba lo que iba a pasar después”, recordó el doctor Hebleen.

La doctora Víquez se ha enfrentado a otros virus bravos, como el dengue, el chikungunya y la influenza; por eso el 6 de marzo, cuando tuvo que confirmar el primer caso positivo de covid- 19 en Costa Rica, (una pareja de estadounidenses) no se alarmó y manejó las cosas con calma.

“Nos llegó una muestra del hospital México, ellos hicieron la prueba y salió positivo y la teníamos que confirmar, así se dio en los primeros casos, y nosotros la confirmamos, ahí fue cuando se dio la alerta.

“De repente nosotros lo manejábamos como un virus que viene circulando, pero jamás imaginábamos cómo nos iba a afectar.

“En un principio sentíamos que era como cuando entró la pandemia de la influenza, que era controlable, pero jamás que se iban a cerrar comercios, aeropuertos”, explica.

“Nos comenzó a alarmar como ocho días después, cuando empezaron los casos en el hospital de Alajuela y se entró en cuarentena y ya dijimos ‘esto no es normal’”, recordó la doctora Víquez.

Todo cambió

Con la llegada del virus a Costa Rica el personal de Inciensa fue el primer batallón que se lanzó a pelear contra el covid-19.

“Cuando uno vuelve a ver para atrás vemos lo mejor preparados que estamos, ahora procesamos 400 pruebas diarias, al inicio unas 30 y no sabíamos para dónde agarrar”, explicó el doctor Brenes.

Claro, lograr eso no fue fácil, estos soldados se pusieron la camiseta por el bien del país.

“En Inciensa veníamos trabajando de lunes a viernes, después empezamos a venir los fines de semana para dar respuesta rápida, después nos unimos con la Comisión Nacional de Emergencia y el Ministerio de Salud para reforzar. Hay roles de seis de la mañana a nueve de la noche, es muy cansado, pero hemos logrado tener días de descanso”, confesó la doctora.

Al igual que todos, ellos han sentido miedo y cansancio porque han tenido trabajar horas extras muchos días.

“En lo personal esta pandemia ha sido un poco dura porque mi mamá tiene 86 años y ella perdió dos hermanos empezando la pandemia. Una murió por covid y fue muy duro porque no hubo un cierre de ese ciclo; no hubo esa despedida, no hubo una vela, prácticamente del hospital al cementerio. Y pensar que son muchas familias las que han vivido esto”, reflexiona la doctora.

“Es cuando uno se pregunta cómo hay gente que dice que el virus no existe, seguro no ha tenido que vivirlo tan cercano”, contó la doctora Víquez.

Detalles que dan fuerza

En esta dura batalla, que supera ya los nueve meses, el personal de Inciensa ha recibido pequeños grandes detalles de agradecimiento que son un motor.

“Un día mandaron un dibujo de una escuela para darle gracias a la institución por lo que estamos haciendo. También nos dicen que nos cuidemos y se preocupan, cómo saben que trabajamos con las muestras les da miedo que uno se pueda infectar. Lo que pasa es que nosotros trabajamos con tantas medidas de seguridad para evitar contagios que es más probable contagiarse en la calle que acá”, explica el doc.

Ambos microbiólogos piden a los ticos que no se rindan, que no aflojen, porque aunque se vea la luz al final del túnel estamos en la parte más peligrosa de esta guerra.

“Mi mensaje es seguir con la distancia físicamente, pero no emocionalmente, mantener el lavado de manos, siempre protegernos y esto no solo nos evita el covid sino otros virus, como brotes de diarrea, hepatitis, muchas enfermedades han disminuido por el lavado de manos. Eso nos ayuda a tener fe para salir adelante y que el 2021 sea un año bendecido”, dijo la doctora Víquez.

Felipe Arrieta

Periodista egresado de la Universidad Latina de Costa Rica. Editor de La Teja desde el 2016. Empezó en Grupo Nación desde el 2009. Tiene experiencia en Deportes, Espectáculos y Nacionales.

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