Maestra que no se sumó a la huelga: “Pagar el aguinaldo es premiar la falta de ética y de vocación”

Desde que miles de maestros y profesores se alzaron en huelga en contra del plan fiscal, lo hicieron con total tranquilidad, ya que saben que su afiliación a un sindicato les garantiza recibir su salario y hasta el aguinaldo, sobre todo ahora que el paro suma 84 días y se acerca Navidad.

Esa situación tiene molestos e indignados a los educadores que se negaron a dejar a sus estudiantes “botados” y les tocó ponerle el pecho a las balas para que sus alumnos no se vieran afectados.

“Pagar el aguinaldo a los maestros en huelga es premiar la falta de ética y de vocación, al menos de mi parte sé que lo puedo cobrar sin sentirme avergonzada porque me gané cada colón que voy a recibir”, aseguró la niña “María”, a quien llamaremos así para no revelar su identidad y evitar represalias por parte de sus compañeros de brete que si se sumaron al paro.

Ella es una de los educadores que han tenido que redoblar esfuerzos para meterles el hombro a estudiantes que no correspondía a su grupo. Además a muchos de estos educadores les tocó hacer trabajos administrativos sin recibir un pago adicional por su trabajo.

“María” asegura que los colegas que se sumaron a la protesta sin pensar en sus alumnos han demostraron que solo están ahí porque estudiaron por un título, porque quedó claro que la vocación de enseñar no la tienen. Además considera que cobrar un salario sin trabajar es robarse el dinero.

“Nos pagan por el trabajo que estamos haciendo y si no estamos trabajando no tienen por qué pagarnos”, dijo.

“Desde que empezó la huelga se fueron el director, la secretaria y hasta el guarda, debido a eso tuvimos que reorganizar el horario, porque esta zona es muy peligrosa y sin seguridad estábamos en riesgo los alumnos y los profesores”, explicó la docente.

Desde el 10 de setiembre solo cuentan con el apoyo del supervisor del circuito, por lo que les ha tocado organizarse para aplicar los exámenes de otros niveles, levantar actas, contestar teléfonos, redactar certificaciones y todo tipo de trabajos de oficina que no tienen nada que ver con la descripción de su puesto, mientras que sus compañeros en huelga reciben el salario completo sin mover un dedo en la comodidad de su hogar, ya que las marchas brillan por su ausencia.

“Hemos tenido un reconocimiento de parte de la supervisión con respecto a la labor que hemos hecho y ha sido bastante satisfactorio, es por eso que el salario y el aguinaldo que recibimos son más que merecidos porque nos sudamos la camiseta por tenerlos”, explicó.

Durante los 10 años que tiene “María” de ser educadora nunca le había tocado hacer exámenes para seis grupos y jamás había visto que a un educador que se ausente de su trabajo le paguen por no hacer sus labores.