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Mamá 4x4 es ama de casa, jefa policial, agricultora y avicultora

Ella es la primera mujer en tener una jefatura en la región Chorotega

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Marjorie Jiménez es el vivo ejemplo de una mamá 4x4.

Ella hace milagros con su tiempo ya que lo divide entre el cuido de sus cuatro hijos, las labores de la casa, la jefatura policial que asumió y hasta en tareas del campo porque también le hace a la agricultura y a la avicultura.

Este próximo domingo no podrá compartir el Día de la Madre con su familia porque tiene que combatir el crimen, pero es uno de los sacrificios que como oficial de la Fuerza Pública tiene que hacer y no se queja.

“Aunque ese día no voy a poder almorzar con mis hijos como me hubiera gustado, igual me siento feliz porque sé que ellos están orgullosos de mí, me lo han dicho, aunque también me hacen saber que quisieran que pase más tiempo con ellos. Eso a mí me golpea bastante sicológicamente, pero en mi trabajo es complicado porque los horarios son de doce horas”, contó.

El hijo mayor de Marjorie tiene 12 años y se llama Héctor, le sigue una niña de 11 años de nombre Verónica, luego están dos varones de 9 y 2 años que se llaman Nelson y Juan Pablo. Su retoños son su motor de vida.

De momento ninguno le ha dicho que quiere seguir sus pasos en la Policía y eso le da paz, ya que ahora entiende bien el porqué su mamá se pegó una llorara el día que ella le contó que iba a ser oficial.

“Va a parecer irónico, pero le doy gracias a Dios que ninguno, hasta el momento, se haya inclinado por decir que quiere ser policía cuando sea grande. Las operaciones policiales siempre involucran un grado de riesgo, ya sea alto o mediano riesgo y siempre algo puede salir mal”.

Primera jefa

Marjorie es una mujer empunchada que tiene 21 años se ser policía y, por supuesto, en todo ese tiempo acumuló muchas experiencias, unas buenas y otras no tanto, pero asegura que de todas aprendió.

Es licenciada en Criminología y a base de trabajo duro se convirtió en la primera mujer en tener una jefatura policial en la región Chorotega.

Ella sabe perfectamente que tanto los hombres como las mujeres tienen las mismas posibilidades de ser excelentes oficiales, incluso dice que siente que ellas tienen una ventaja porque son más dadas al diálogo y eso es muy importante en la seguridad ciudadana. Asegura que nunca le ha hecho caso a los comentarios machistas.

“Estoy trabajando de jefe distrital en la delegación de Guardia, en Liberia, tengo que viajar casi tres horas todos los días para llegar al trabajo y luego tres horas de regreso, es bastante pesado y muy sacrificado porque ese tiempo de viaje podría aprovecharlo con mi familia, ya sea haciendo las guías de estudio que les mandan a mis hijos o haciendo el oficio, incluso haciendo las labores de campo porque antes de venirme para el trabajo tengo que atender las gallinas y trabajar en las plantaciones de café, naranja y tubérculos que tenemos”, cuenta doña Marjorie.

La jefe policial nos explicó que si hay pocas mujeres en puestos como el que ella tiene, no es precisamente por capacidad.

“Tengo compañeras que son excelentes policías y muy estudiadas, abogadas, criminólogas, administradoras de empresas, pero deciden no luchar por una jefatura porque me ven por ejemplo a mí, que tengo que viajar un montón, que estoy lejos de mis hijos, que siempre ando en carreras con las cosas de la casa y eso las desmotiva un poco.

“Ojalá el Ministerio de Seguridad trabaje en todos esos temas de la equidad de género pero abordando cada situación de forma especial. Hace falta que impulsen la carrera policial en las mujeres y que les quiten las trabas para que nosotras también podamos superarnos”.

Muchas injusticias

Marjorie dice que lo que más valora de su trabajo es ayudar a la gente vulnerable, aunque reconoce que a veces vive situaciones que la llenan de tristeza.

“Los casos de violencia doméstica y las agresiones contra niños son las que más dolor me causan, quizás porque soy mamá y cuando veo un niño agredido pienso en mis hijos, nunca en la vida quisiera que pasaran por una situación así.

“Con los años unos aprende a amar este uniforme, uno siente pasión y compromiso por lo que hace y por eso se sacrifica cuando hace falta. La meta de nosotros los oficiales es que se note el trabajo que hacemos y que la gente confíe en nosotros, eso lo llena a uno de mucha satisfacción y hace que todo valga la pena”, aseguró.

“Lo más difícil de ser policía es tener integridad y hacer siempre lo correcto”.

—  Marjorie Jiménez, policía.
Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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