Aracelly Aguirre dejó su natal Nicaragua en el 2003 y se vino para Costa Rica en busca de oportunidades y, aunque no ha sido nada fácil, ella le pone bonito para darle un mejor futuro a su familia.
Actualmente, el dolor por el que sufren sus hermanos nicaragüenses la atormenta, porque sabe que están pasando grandes necesidades por la falta de oportunidades laborales y por la crisis política, económica y de salud, algo que no parecieran tener un final cercano.
“Salí de mi país con la idea de encontrar trabajo, porque en Nicaragua no hay cómo subsistir. Vengo de una familia de seis hermanos y ante la necesidad, tuve que buscar camino”.
Ya en nuestro país, Aracelly conoció a su pareja, Warner Gracia Sánchez, con quien tiene tres hijos: Zuriel David, de 16 años; Diala Isabel, de 12, y Baden Gerardo, de cuatro. La familia vive en Colorado de Guanacaste.
“Ahorita me dedico al hogar y al cuido de mis hijos, también hago manualidades como bisutería, pero en realidad dependo del trabajo de mi esposo que se gana la vida en un quebrador de piedra.
“Sin estudio cuesta mucho tener un buen trabajo, porque lo único que puede hacer uno aquí es sacar pianguas o cosas así, por eso hace unos años tomé la decisión de volver a estudiar, pienso que eso podría abrirme puertas en el futuro y así ayudaría mucho a mi familia”.
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Otra de las cosas que impulso a la valiente a tomar la decisión de retomar los estudios fue el ver a sus hijos luchando por salir adelante para graduarse y ser profesionales.
Ella cursó en su país natal hasta el cuarto año de colegio y quería continuar con la secundaria, pero le pedían certificaciones y constancias difíciles de conseguir en Nicaragua, por lo que decidió empezar de cero.
“Ya terminé de sacar la primaria a distancia, empecé hace unos cuatro años. En la casa, con la ayuda de mis hijos, iba leyendo los libros y así presenté y gané los exámenes de las cuatro materias básicas, el último fue matemáticas.
“Ya empecé la secundaria y siento el gran apoyo que me dan mis hijos, tengo muchas ganas de terminar y, ¿por qué no?, empezar una carrera universitaria, me gustaría estudiar enseñanza del inglés. Mi sueño es que también mis hijos estudien para que consigan un buen trabajo y no pasen las necesidades que yo pasé”.
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Muchos obstáculos
Aracelly dice que en casa todos ayudan y ella saca el tiempo para repasar la materia, pero fuera del hogar, a muchas personas les incomoda que ella intente superarse.
“Hace poco hice un curso en el IMAS de formación humana y mucha gente hizo comentarios malintencionados porque yo quise llevarlo, pero en realidad uno debe pensar en uno y en sus seres queridos, no en lo que piensan los demás, porque solo uno sabe las necesidades y metas que tiene”.
Pero así como recibió criticas, también tiene amigos buenos, de esos que apoyan en las malas y que le han dado a la familia de Aracelly un empujón cuando lo ha necesitado, por ejemplo, en la entrada a clases de los hijos, que pega tan duro económicamente.
“Mis amigos me dicen que nunca es tarde para estudiar y que si yo me lo propongo puedo sacar el bachillerato y también una carrera universitaria, agradezco profundamente a esas personas que creen en mí”.
“Tengo recuerdos duros de cuando estaba en mi país, allá todo cuesta mucho más y yo quiero cumplir la meta que me propuse cuando me vine para acá y superarme”, aseguró.