Nacional

Manifestaciones de fuerza eran la encuesta final en las elecciones del pasado

Las manifestaciones de fuerza juntaban a liberacionistas y socialcristianos para que demostraran quién iba a ganar las elecciones presidenciales

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“Es imposible que uno olvide las manifestaciones de fuerza porque significaba uno de los más lindos momentos en el cual el candidato presidencial podía oler el sudor del pueblo, sentir el amor de sus seguidores y disfrutar de la pasión de quienes le estaban diciendo que sí, que iban a votar por él.

“Eran los momentos por excelencia para que, de todas partes del país, llegara la gente a escuchar a su candidato, a confirmar que realmente estaban tomando la mejor decisión. El paseo Colón se inundaba con el poder de cuatro olas humanas en una perfecta fiesta cívica ¡Era la fiesta de la patria!”.

Las manifestaciones de fuerza eran convocatorias masivas que hacían los partidos PLN y PUSC en enero del año de elecciones presidenciales para demostrar cuál tenía más votantes

Con una gran nostalgia el exdiputado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Jorge Eduardo Sánchez Sibaja, recordó las manifestaciones de fuerza, una actividad ya olvidada por los partidos políticos.

Si usted no sabe ni de qué le estamos hablando, le contamos que cuando en este país se disputaban la presidencia del país el Partido Liberación Nacional (PLN) y el PUSC,los últimos fines de semana de enero, antes de las elecciones presidenciales, los seguidores verdiblancos y rojiazules, esperaban con pasión y alegría el día en que se reunía la mayor cantidad de seguidores en el paseo Colón de San José.

El objetivo era compartir y escuchar al candidato presidencial, inundar las calles de mares y mares de gente, y así dejarle claro al otro partido quién tenía más seguidores.

De hecho, en el reglamento del Tribunal Supremo de Elecciones todavía están contempladas las manifestaciones de fuerza, eso sí, no se pueden realizar entre el 16 de diciembre y el 1 de enero, ni 6 días antes de las elecciones, pero desde las elecciones nacionales del 2014 que ganó el Partido Acción Ciudadana, ya nadie les hace tiro porque en lugar de fuerza pueden manifestar debilidad. En esas presidenciales no hubo.

“Era una cosa preciosa, lindísima. La democracia se fortalecía con las manifestaciones de fuerza porque eran actividades en paz, alegría. Aquellas reuniones masivas eran un ejemplo para el mundo.

Las manifestaciones de fuerza eran convocatorias masivas que hacían los partidos PLN y PUSC en enero del año de elecciones presidenciales para demostrar cuál tenía más votantes

“Jamás olvidaré ver a los extranjeros sentados a las orillas de las aceras disfrutando de miles y miles de personas con banderas, camisetas, ropa, pañuelos, sombreros, con el color de su partido. Muchos no podían creer que en Costa Rica tuviéramos esa libertad para poder salir a la calle a gritar por nuestro partido y que no hubiese un solo pleito”, recordó Sánchez, quien fue diputado del PUSC en tres ocasiones (1990-1994, 1998-2002 y 2006-2010).

Sánchez fue parte muy activo en la organización socialcristiana de las manifestaciones de fuerza, por eso nos recordó algunos detalles, por ejemplo, los partidos tenían un grupo de personas solamente dedicado a la organización de ese evento.

“Los partidos peleaban entre sí para ver cuál traía más buses llenos de gente desde zonas rurales, además, también peleaban a lo interno del partido a ver cuál región del país llenaba más buses. Había una coordinación perfecta, pero no en el paseo Colón, sino que en las calles cercanas.

“Lo que pasaba era lo siguiente: en un momento dado, con todo perfectamente coordinado y ordenado, las miles y miles de personas salían desde los cuatro puntos cardinales de San José, en puños de gente, generalmente con los vicepresidentes del partido o candidatos a diputados o expresidentes a la cabeza de cada columna, hasta que se encontraban esos cuatro tsunamis en el paseo Colón y ahora sí papá, a contar cuadras a ver cuántas se llenaron y en medio de una gritería tremenda salía el candidato presidencial a dar un discurso para su gente y el país”, explicó el exdiputado.

Cuenta la leyenda que los indecisos que registraban las encuestas se esperaban a las manifestaciones de fuerza para decidir el voto.

“Era tan estratégica la manifestación de fuerza que los partidos políticos nos peleábamos a muerte las fechas. Era en enero siempre. Lo que uno buscaba es que le tocara de segundo, era mejor dejar al otro partido hacerla primero para poderle demostrar con la de uno quién era el que mandaba.

“Siempre estábamos, uno y otro partido, ante el TSE apelando cosas del otro, buscando hacerle la vida imposible. Le digo que ese evento era como la gran batalla en las calles, hablando de batalla alegremente”, asegura el exdiputado.

Las manifestaciones de fuerza eran convocatorias masivas que hacían los partidos PLN y PUSC en enero del año de elecciones presidenciales para demostrar cuál tenía más votantes

Rezo de muertos

Uno de los que fuera pesos pesados en Liberación Nacional, don Francisco “Chico” Morales Hernández, formado al calor de don José Figueres Ferrer, don Pepe, y quien fue ministro de Trabajo y de Agricultura, así como diputado, a sus 72 años también se acordó de aquella fiesta cívica.

“La tecnología ha despersonalizado mucho. No me opongo, jamás, pero ahora la gente se comunica a la distancia y en muchas ocasiones prefiere eso, por eso la política ha cambiado. Antes el abrazo era directo y el apoyo incondicional.

“Ahora la campaña política dura muy poquito, pocas semanas, antes nosotros pasábamos en campaña los cuatro años, por eso las manifestaciones de fuerza eran tan bien organizadas y se disfrutaban tanto, la gente las esperaba con tremenda alegría”, recordó don Chico.

Hay un punto que nos recordó Morales que por ahí no teníamos en el radar.

“Era un evento como los carnavales de Limón, en los cuales el propio pueblo pasaba ajustando todo el año los cinquitos para poder el día de la manifestación estrenar hasta ropa verde y blanca. La gente con amor y orgullo vestía los colores, era un día de fiesta nacional”, recordó.

Durante la propia manifestación y en medio de los discursos del candidato, la gente gritaba y se apasionaba.

“Influía mucho el tipo de candidato de antes, eran candidatos con mucha personalidad, con gran trayectoria, tenían gran prestancia, oratoria, en unos arrebatos líricos y emotivos metían a la gente en un apoyo absoluto y esa gente salía incendiada, deseando que le pusieran la urna de frente para votar convencidos…ahora la política es como un rezo de muertos, como un novenario”, reconoció.

Las manifestaciones de fuerza eran convocatorias masivas que hacían los partidos PLN y PUSC en enero del año de elecciones presidenciales para demostrar cuál tenía más votantes

Eso sí, como político justo, don Chico recordó que la manifestación de fuerza no siempre les daba el triunfo, incluso, todavía con algo de dolor habló sobre la campaña presidencial de 1978, teniendo el PLN a Luis Alberto Monge como candidato y a don Chico como parte de la organización de la manifestación, todo salió perfecto y la gente inundó el paseo Colón.

“Ese día vi tantísima gente apoyando a Monge que con toda seguridad dije, ‘ganamos y por goleada, esto está cocinado, lo único que queda es empezar a celebrar’. Ese día fue la alegría absoluta del partido… pero Carazo (Rodrigo “El Macho” Carazo Odio, con el partido Coalición Unidad) medio hizo una pequeña reunión en el Parque Central de San José y era tan bueno para hablar y tenía tanto carisma, y aquella sonrisa que enamoraba a las señoras, que, si bien nosotros inundamos el paseo Colón, él nos inundó de votos y nos ganó”.

Gran fiesta

Tatiana Rivera, seguidora del PUSC

A doña Tatiana Rivera, seguidora del PUSC, le movimos el piso cuando la devolvimos un poco de años hasta las manifestaciones de fuerza.

“Eran lindísimas. Filas y filas de gente. Uno iba con gran alegría y orgullo, era una gran fiesta, lástima que ya no se hagan.

“Yo me acuerdo que el día de la manifestación era el que definía cuál candidato ganaba. Yo fui a la de Rafael Ángel Calderón y la de Miguel Ángel, siempre he sido socialcristiana de hueso colorado y entre mis conocidos nos organizábamos como dos meses antes, por eso las familias llegaban hasta con la comida del día. Uno sentía demasiado el partido ese día, el apoyo era total y recuerdo que para la de Calderón, cuando yo vi tantísima gente dije, ‘ganamos y por bastante, nadie nos quita el triunfo’”, recordó.

Las manifestaciones de fuerza eran convocatorias masivas que hacían los partidos PLN y PUSC en enero del año de elecciones presidenciales para demostrar cuál tenía más votantes

Don Alex Cuadra, liberacionista de toda la vida también recuerda aquellos fiestones cívicos con nostalgia.

“Lástima que ya no se hacen. El ambiente era precioso y las familias disfrutábamos mucho. Yo fui a la de Figueres (José María, en 1994) en el paseo Colón y me di cuenta ese día por donde iba la cosa, que Figueres iba a ganar.

“En casa nos levantábamos bien temprano, alistábamos las banderas, la ropa verde y blanca que uno compraba desde una semana antes, alistábamos los sánguches y el cafecito, y nos íbamos todo el día a un ambiente de música, de alegría total, todo sano, sin peleas…era lindísimo”, recordó don Alex.

Alex  Cuadra, seguidor del PLN

Era increíble

Tipí Royes, cantante del grupo musical Marfil, quien estuvo en varias manifestaciones de fuerza con el grupo, animando a los del PUSC o PLN con su música, recordó lo lindo que se ponía el asunto.

“Eran eventos increíbles, un mar de gente, pero todo el mundo bien portado, nadie se peleaba, era el público ideal, precioso.

“Cuando Marfil arrancaba con la música todos se ponían a bailar y era increíble ver a más de cien mil personas bailando. Eran tiempos de una linda política, ahora es diferente, se agrede mucho y constantemente. Me gustaría que esos tiempos vuelvan.

“Los grupos musicales éramos contratados sin importar el color político porque uno hacía su trabajo profesional. Al terminar el concierto uno se bajaba de la tarima y era aquello de firmar autógrafos, de tomarse fotos con cámaras y no con celulares, todo el mundo en fiesta sana. Muchas veces nos pedían otra y casi ni nos dejaban bajarnos de la tarima. Las disfruté demasiado”.

El actor Gustavo Rojas también formó parte de varias manifestaciones de fuerza como animador y las recuerda con nostalgia.

“Eran la gran fiesta democrática por excelencia. Un encuentro del pueblo motivante y determinante. En las manifestaciones de fuerza el pueblo realmente sentía que participaba del proceso electoral y la gente sin temores decía por quién iba a votar. A mí me encantaban”, fue lo primero que nos dijo Rojas.

Las manifestaciones de fuerza eran convocatorias masivas que hacían los partidos PLN y PUSC en enero del año de elecciones presidenciales para demostrar cuál tenía más votantes

“El asunto era así: un partido lo contrataba a uno para toda la campaña, entonces yo iba a barrios, pueblos, en fin, todo el país, pero después llegaba el gran día de la manifestación de fuerza y cuando uno gritaba ‘arriba las banderas, recibamos al próximo presidente de Costa Rica’, la locura era absoluta. La democracia ganaba mucho con las manifestaciones”, reconoció Rojas.

Las manifestaciones de fuerza eran convocatorias masivas que hacían los partidos PLN y PUSC en enero del año de elecciones presidenciales para demostrar cuál tenía más votantes
Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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