Un pequeño grupo de manifestantes, que se opone al nuevo aumento en los combustibles anunciado la semana anterior por la Aresep, cerró parcialmente la mañana de este lunes el paso por la vía que comunica a Cartago con Tres Ríos de La Unión.

Tomados de la mano o abordo de motocicletas, los protestantes dijeron que se dirigían a las instalaciones de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), en San José. Debido a lo anterior, la manifestación ocasionó un gran congestionamiento vehicular en la zona.

Melissa Vargas, una de las organizadoras de la marcha, le aseguró a La Nación que el objetivo es pedirle al Gobierno que atienda el tema del precio de la gasolina.

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Además, en La Uruca otro grupo de manifestantes mantuvo bloqueada la calle, específicamente frente a las instalaciones del Grupo Q. Por ratos atravesaban vehículos de un lado a otro de la vía para que nadie pasara y después de un tiempo liberaban el paso por un carril durante diez minutos para volver a cerrarlo de nuevo.

En las dos manifestaciones hubo presencia de la Policía de Tránsito y también de la Fuerza Pública. Los policías estuvieron en conversaciones con las personas recordándoles que tenían derecho de protestar, pero no afectar el paso de los choferes.

Enojo y preocupación

El enojo y la preocupación de la gente se debe a que el viernes 20 de mayo, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) propuso un alza de ¢104 por litro tanto para la gasolina súper como para el diésel, mientras que para la gasolina regular planteó un incremento de ¢91.

Dicho ajuste entraría a regir a inicios de junio. De esta manera y por primera vez, el costo de los principales hidrocarburos rebasará los ¢1.000 por litro en el país.

De acuerdo con la Aresep, estas subidas en las tarifas se producen por los incrementos de precio en los mercados internacionales de hidrocarburos, tras la invasión de Rusia a Ucrania.

Ante esta situación, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, le solicitó a Aresep aplicar pronto la nueva forma de calcular. Algo en lo que el presidente no puede intervenir ni hacer nada.

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No obstante, el mandatario fue claro en decir que la modificación permitiría una rebaja de ¢50 por litro en el precio del diésel, pero, no habrá mayor diferencia en el de las gasolinas súper y regular, por lo que la pelota queda en manos de Aresep.

La idea de bajar el diésel es contener el alto costo de la vida para los sectores más vulnerables, como quienes viajan en bus a sus trabajos o centros de estudio y los agricultores, que han visto subir los costos de producción de los alimentos, costos que han tenido que trasladarlos a los consumidores.

“Esperamos que Aresep tenga la bondad de reflejar a la mayor brevedad la reducción que, calculamos, que será de ¢50 por litro de diésel”, manifestó Chaves.