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Maurice, el gallo francés acusado por cantar temprano podrá seguir desgalillándose

Dueña y simpatizantes del animal celebraron la sentencia del tribunal

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Maurice, el gallo francés demandado ante un tribunal por cantar muy temprano, cantó victoria este jueves.

El animalito, que vive en una isla al suroeste de Francia, podrá seguir cantando por las mañanas, luego de que un tribunal rechazara la demanda de un matrimonio de viejitos que lo acusaban de hacer mucha bulla en la madrugada.

El juicio se realizó este jueves, a las 9 a. m. hora francesa (1 a. m. hora tica), en el tribunal de Rochefort, ubicado al suroeste de Francia.

Corinne Fesseau, dueña del animal, fue acompañada a la sala del juicio por el emplumado, así como por miembros de la organización “Los gallos de Oléron están enojados" y otros simpatizantes de la mascota.

Jirlanny Navas, una tica que apoyó a Maurice no pudo asistir a la resolución, pero sí estuvo en la audiencia previa del 4 de julio anterior. Ella está que brinca en una pata de la felicidad por la sentencia.

“Mis hijas Deykel y Allison y yo estamos muy contentas, porque Maurice podrá quedarse en su casa, donde creció y en el ambiente en el que ha estado junto a su familia”, expresó.

Por otro lado, la dueña, quien convive con Maurice desde hace muchos años en la isla de Saint - Pierre de Oléron, salió más que satisfecha del juicio y asegura que esta victoria también es para salvar el sonido que emiten los animales.

“Estoy feliz de haber ganado esta prueba, así los gallos ya no se tendrán que esconder por su canto. En Francia mucha gente no soporta el canto de los gallos. Y en la isla de Oléron las personas que vienen de vacaciones no toleran el canto de los gallos ni cualquier sonido de gaviotas o los ladridos de los perros”, afirmó Fesseau a La Teja, desde el país europeo.

Julien Papineau, abogado del gallo celebró el fallo y comentó que a la pareja demandante, de apellido Biron, le salió el tiro por la culata porque ahora deberán pagarle a la dueña de Maurice 1.000 euros (cerca de ¢637 mil) por actuar de manera abusiva al presentar una demanda sin antes intentar resolver el conflicto con ella.

Caso insólito

El pleito por el canto de la mascota, que se convirtió en símbolo de la resistencia rural francesa, inició el 6 de junio pasado.

Ese día las autoridades establecieron que la audiencia previa se realizaría el 4 de julio y ese día los jueces determinaron que el juicio sería hasta este jueves.

El 4 de julio, Vincent Huberdeau, abogado de la pareja demandante comentó que “no es un juicio de la ciudad contra el campo. Es un problema de perjuicio sonoro. El gallo, el perro, la bocina, la música (...)”.

El caso causó tal revuelo que se creó una asociación llamada “Los gallos de Oléron están enojados”, como muestra de apoyo a Maurice y su dueña.

Lyliane Navasquez, miembro de la organización manifestó a La Teja que horas antes de iniciarse el juicio, miembros de la organización se presentaron a las afueras del tribunal con pancartas para expresar su apoyo al animal y al finalizar agradecieron a todas las personas que los apoyaron.

“Nos hicimos presentes con camisas que mostraban nuestro apoyo al gallo. Hemos ganado. Maurice podrá seguir cantando en casa y nosotros agradecemos a todas las personas que se sumaron a la causa”, afirmó Navasquez.

No canta tan temprano

Para dar el veredicto, un funcionario del tribunal fue a dormir a la casa de los demandantes durante tres noches seguidas para evaluar la hora y el volumen del canto de Maurice, a ver si era cierto que era tan insoportable para dormir.

El funcionario concluyó que el gallo cantaba “intermitentemente" entre las 6:30 a. m. y las 7 a. m. y no desde las 4 de la madrugada, como afirmaban, y dijo que el ruido era “audible” (o sea, que se oía apenas), pero que si la pareja cerraba las ventanas no se oía para nada fuerte.

El caso de Maurice ilustra los temores de que desaparezca la vida rural en Francia, debido a la disminución de la actividad agrícola y ganadera y a la “huida” de los jóvenes hacia la ciudad.

Bruno Dionis du Séjour, alcalde de la localidad de Gajac, en el suroeste de Francia publicó una carta para defender el "derecho” de las campanas de las iglesias a repicar, de las vacas a mugir y de los burros a rebuznar.

La alusión a las campanas se debe a una disputa acontecida en el 2018 en un pueblo de la región de Doubs (en el este francés), donde los propietarios de una casa se quejaron de que repicaban a las 7 a. m., demasiado temprano a su entender.

Bruno Dionis du Séjour promueve incluso que los ruidos del campo sean clasificados como “patrimonio nacional” francés.

Yenci Aguilar Arroyo

Yenci Aguilar Arroyo

Redactora de la sección de Nacionales. Trabajó en las secciones de Deportes, Tiempo Libre y tiene experiencia en comunicación institucional. Cuenta con 18 años de experiencia, desarrollada principalmente en el periodismo escrito. Fue designada Periodista del Año del 2023. Trabajó en el Periódico Al Día.

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