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Mujer volvió de la muerte, pero antes vio ángeles, sintió a Jesús y no quería regresar

Guiselle Ramírez: “El que cree que se muere y ya, se va a llevar una gran sorpresa

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Guiselle Ramírez se murió el 12 de agosto de 1978 y regresó a la vida unos minutos después, estuvo en el más allá lo suficiente para que le quedaran en la memoria una serie de recuerdos y no querer regresar a la Tierra.

La mujer contó su historia en el programa de La Teja, ‘Misterios del más acá’ en un episodio que se transmitirá el próximo martes en nuestra web y nuestro Facebook a las 6:30 p.m., de momento, aquí le dejamos parte de lo que contó.

–Cuéntenos, ¿qué le pasó a usted?

Tuve hemorragia postparto por el nacimiento de mi primer hijo el 12 de agosto de 1978. Me pasaron de emergencia al quirófano, luego de cinco horas empecé con la hemorragia y escuché al doctor decir que me haría un legrado, me anestesiaron y me dormí.

–Y entonces…

Me desperté con conciencia de que algo malo pasaba, se me despertó el cerebro, no el cuerpo, oía hablar a la gente, cómo corrían y corrían como un sueño. Estaba falleciendo. Al momento, el espíritu salió del cuerpo, entré en la zona oscura. En general la oscuridad da miedo, pero fue reconfortante, me sentí bien en esa zona oscura. No había nadie, ni nada, solo yo. Tenía un cuerpo diferente, transparente y me sorprendió mucho. Me veía las manos y los pies, pero conservé el ser y la memoria.

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–¿Allí ya estaba fallecida, era consciente de eso?

- Sí. Antes que el espíritu saliera estaba consciente que había muerto y en ese estado de no tiempo, empecé a pensar, ‘no me voy a quedar aquí toda la vida’ y oré. Empecé a pedirle a Dios que me guiara a algún lado y apareció la luz blanca.

Guiselle Ramírez, murió y regresó de la muerte

–¿La famosa luz al final del túnel?

Sí, pero yo salí rápido. Hay personas que se quedan flotando. Yo le pedí a Dios guía y apareció un punto y al ir caminando se volvió como un remolino, como un túnel. Me sentí acariciada, tranquila, feliz, era como volver a mi casa, con un sentimiento de pertenencia. La felicidad más grande que he sentido en mi vida. Me sentí recibida, amada

–¿Qué había en ese lugar de luz?

De lo que recuerdo solo vi luz, la luz amorosa, no vi a Dios, pero sentía su presencia, la alegría con la que fui recibida no se me olvida.

–¿Y qué pasó entonces?

Al tiempo hay cortes (de memoria), estaba con siete entidades angélicas para mí, para otros son maestros ascendidos. No eran mis ángeles, eran mis guías. Son mis testigos, por decirlo así, me acompañaron por el examen del pasado.

–¿Qué es eso del examen del pasado?

Es el juicio, lo que la gente le tiene miedo, pero es un juicio de amor, de corrección, para que uno haga conciencia de la cosas que no anduvieron tan bien, pero nadie te condena o te juzga como en la Tierra. Ellos te van guiando.

–¿Cómo se proyecta el pasado?

Se proyecta en lo que se llamaría hologramas, hace 41 años no existía eso. Pero es así. Pude recordar desde que estaba en el vientre de mi madre hasta la muerte, intervienen cuando me sentía mal por meter la pata, ‘se esperaba que hicieras esto’… pero no hay problema, siga adelante.

–¿Eso es hablado?

Es telepático. Solo acompañan, nadie enjuicia, uno mismo se enjuicia.

–¿Qué pasó luego?

Cuando terminamos me hicieron ver que por un error estaba yo allí. No tenía que morir, no era mi tiempo, pero siempre he sido terca, no me quería venir, me aferré con uñas y dientes a quedarme. Nadie quiere dejar todo eso para venirse para acá.

–Y entonces, ¿cómo se devuelve?

Insistían los siete ángeles, como no había manera de convencerme, llamaron a alguien más. Para mí, era Jesús, que me amó, que me abrazó con aquel amor como nadie, no hay forma de explicarlo. Me explicó porque tenía que devolverme, dijo: ‘enséñenle el bebé’. Y desplegaron otro holograma y vi ami hijo en la cunita de hospital.

“Me explicó que ese ser nació con un plan de vida y yo iba a ser la mamá, si me quedaba en ese lugar le iban a tener que buscar otra mamá, pero todo lo que tenía planeado para él no se llevaría a cabo. Me pedían que por favor me devolviera para criar a mi hijo.

–¿El regreso es igual, pero hacia la Tierra?

Pero más rápido, instantáneo. Cuando acepté, me explicaron que me iban a borrar todo lo que había visto, te vamos a dejar destellos de recuerdo porque no lo va a aguantar, la vida en la Tierra es muy dura. Querrás venirte rápido y necesitamos que se quede. Al decir sí, me devolví, pero fue instantáneo, mi memoria no me da para tanto.

"Al momento que llegué estaba el doctor y me quedé, no quería entrar a ese cuerpo tan feo, tan frío, fúchila. Entré al cuerpo, eso lo recuerdo bien, la sensación de náuseas también y oí a la enfermera decir: ‘tiene pulso’ y empecé a respirar.

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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