Hace tres meses a nadie se le habría ocurrido poner un lavamanos en una parada de bus. Verlo hoy sorprende, pero todos entendemos a qué se debe.
El coronavirus nos ha obligado a ver con lupa y a habituarnos a una serie de acciones que antes no eran tan comunes, como lavarnos las manos cuantas veces se pueda.
La lucha contra el COVID-19 es diaria y, a pesar de eso, vemos cómo siguen apareciendo casos. Este domingo, por ejemplo, se informó de 55, la cifra más alta desde el primer caso conocido en el país, el 6 de marzo.
En el cantón de Alvarado, en Cartago, se despabilaron bonito y la municipalidad local instaló lavamanos en varios lugares públicos para que los 14 mil habitantes tengan la facilidad de poner en práctica las medidas de higiene que nos recomiendan.
En las comunidades de Cervantes, Pacayas y Capellades muchas personas viven de trabajar la tierra, así que no pueden quedarse en casa, entonces lo adecuado es ofrecerles una manera de cuidarse.
El alcalde de Alvarado, Juan Felipe Marínez, le contó a La Teja que ya han colocado 15 lavatorios y la idea es poner 30.
“La gente se ha entusiasmado tanto que nos está pidiendo colocar más. Los primeros los hicimos con fondos propios, pero algunos comercios se han apuntados y ellos compran el lavamanos y la municipalidad lo instala”, explicó el alcalde.
Jabón necesario
Para esta semana están elaborando una especie de jaulitas para proteger los dispensadores de jabón líquido que ya adquirieron pero aún no han colocado.
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“De nada vale el lavatorio si no tiene jabón líquido, pero estamos haciendo los protectores para ver cómo nos va con el hampa y evitar que se lo roben. Con el buen hábito de lavarnos las manos disminuimos incluso las diarreas y otras enfermedades”, agregó Martínez.
Por su parte, el sacerdote de Pacayas de Alvarado, Jorge Araya, vio la iniciativa como algo muy positivo.
“Se agradece el esfuerzo, el problema es que cada uno debe estar cargando el jabón porque no hay. Uno comprende que acá (las personas) no se pueden quedar en la casa porque deben salir a cosechar el alimento que ingerimos en todo el país”, agregó el cura.
La mayoría de los lavamanos ya colocados están en paradas de buses, que también cuentan con basureros, pero hay otros en la ferretería, en el súper del chino, en el Ebáis, en la CCSS, gimnasios y la escuela.
El primero lo instalaron hace dos meses afuera del Palacio Municipal y el más reciente la semana pasada en el cementerio de Capellades.
“No dejan de ser carillos, cada uno sale en 18 mil colones con todo y pedestal y solo tenemos tres mil contribuyentes”, contó el alcalde.
Casi invictos
Las cifras del ministerio de Salud dan cuenta de que solo se ha presentado un caso de COVID-19 en el cantón de Alvarado, propiamente en el distrito de Cervantes, y se dio en marzo. La persona ya se recuperó.
Así lo reafirmó José Pablo Barrera, administrador del restaurante La Posada de la luna, en Cervantes de Alvarado y quien recordó que la muchacha lo había adquirido en un viaje a México y que se había mantenido aislada fuera del cantón.
“Me parece bien todo lo que sea para protección y prevenir un contagio masivo”, agregó el dueño de ese lindo local.
El cura de la parroquia de Capellades, Paulo José Granados, nos contó que los lavatorios que ha visto en el distrito son usados por las personas que viajan en bus y por los ciclistas que usan la ruta para sus viajes recreativos.
“Es un bonito proyecto que permite la lucha contra el COVID_19”, dijo el padre Granados.
Finalmente el doctor Walter Carpio, presidente de la Asociación de Desarrollo Integral de Capellades, opinó que estos proyectos son muy importantes si se toma en cuenta que se ubican en las paradas de buses.
“El transporte público es uno de los puntos de contagio más alto, según el ministerio de Salud y si bien es cierto en el cantón no hay casos desde hace tiempo.
"Son medidas que ojalá los demás cantones o distritos copiaran, no solo tomando en cuenta la pandemia actual, sino todas aquellas enfermedades que se dan por infección y que se ha demostrado que redujeron su incidencia gracias a los protocolos de lavado de manos y desinfección de los hogares”, explicó Carpio, quien es odontólogo.
Para Esteban Mata, quien vive en el límite con Pacayas, la idea los lavamanos es una acción muy apropiada en momentos en los cuales la situación económica obliga a algunas personas a salir de sus casas para ganarse el sustento.