En algunas ocasiones se ha descrito que de manera repentina se puede enfrentar un deterioro de la esfera sexual, caracterizado por una franca apatía hacia la sexualidad, muchas veces acompañado de un distanciamiento en el plano sentimental.
La forma tan aparatosa de este declive sexual ha hecho que muchos se refieran a este fenómeno como “el apagón sexual”, haciendo referencia a los apagones que suceden cuando hay un corte en el fluido eléctrico. Esta pintoresca comparación describe muy bien la intensidad del bajonazo sexual: es algo así como estar sin energía sexual, es como quedar en una oscuridad sexual.
Curiosamente, a pesar del súbito desinterés sexual, la mayoría no se percata hasta pasado cierto tiempo de lo que sucede. Al inicio lo atribuyen al estrés cotidiano, al cansancio o a lo apretado de la agenda semanal. Cuando pasa el tiempo, se dan cuenta de que el sexo rara vez aparece en el marco de la conciencia. A veces con tono de reproche, otras veces con cierta preocupación se preguntan: ¿Qué pasó conmigo?, ¿cómo pasé de ser una persona sexualmente proactiva a un individuo sin iniciativa sexual?
Con más frecuencia es la pareja la que “pega el grito al cielo”, pues sus reiterados deseos sexuales se topan con las excusas tradicionales: “estoy cansado”, “es muy tarde”, “me duele la cabeza”. Sin embargo, llega el momento en que las excusas no justifican tantas negativas y esto provoca que ambos se cuestionen su realidad sexual.
Aunque esto puede suceder normalmente durante el embarazo, la lactancia o en la menopausia, así como cuando se consumen drogas o licor en exceso, en la mayoría de los casos ni el paciente ni la pareja encuentran una razón evidente para tal desinterés. La vida sigue igual, el trabajo marcha bien, la esfera familiar cursa sin exabruptos, no se consumen drogas y el único punto en entredicho reside en la cama. En estos casos, muy probablemente se trate de una alteración.
Hoy la ciencia posibilita encontrar la causa de este decaimiento sexual y restaurar con diversos tratamientos la vida sexual. Por eso, la recomendación es consultar cuanto antes a un especialista.