Adrián Méndez, narrador deportivo de Teletica Radio y de TDMás, luchó con todas sus fuerzas por su vida durante 52 días en el Hospital Max Peralta, en Cartago.

Al final venció al covid-19 y está en su casa desde el 31 de mayo. Ahora aprovecha cada momento para disfrutar la comidita de su mamá, doña Damaris Brenes, avanzar en la terapia física y dejarse chinear por sus seres queridos, que lo apoyan en cada paso que da hacia la normalidad.

Después de dejar el Max Peralta, un día en la vida de Adrián empieza tempranito y de la mano de doña Damaris y del tata, don Rodolfo Méndez (narrador en radio Columbia). Cuando abre los ojos ya el gallo pinto está en lo más y mejor.

Don Rodolfo nos cuenta que de un tiempo para acá, antes del 10 de abril, cuando a Adrián lo internaron por los efectos del coronavirus, comenzó a tomar café, algo que no hacía con frecuencia. Ahora no puede faltarle.

Al narrador de Teletica Radio le fue tan mal con el coronavirus que los doctores le dijeron a la familia que alistara el funeral, pero ellos nunca se cruzaron de brazos, tuvieron mucha fe, pidieron oraciones y, gracias también al enorme trabajo de los médicos, Adrián venció a los peores pronósticos.

Hoy la casa de sus papás es la fortaleza en la cual avanza en la segunda gran batalla: la de la recuperación.

Un ejército de amor

Como en toda guerra, el ejército mejor preparado es el que gana y al lado del narrador hay uno muy poderoso.

Adrián da su pelea personal junto a su esposa, Ivonne Solano; los dos hijos, Mariana y Sebastián, sus papás y su hermana Laura.

Don Rodolfo se encargó, desde el 31 de mayo, de ayudar fuerte con la rehabilitación de su hijo. Se ocupó de los ejercicios de las manos y de los pies para que poco a poco vaya regresando a los movimientos normales antes del virus.

A media mañana, Adrián come frutas y después espera al almuerzo; el pasado jueves, por ejemplo, hubo arroz con pollo hecho por doña Damaris, quien tiene una receta única, por eso dicen que es de los mejores de Cartago.

No perdona el cafecito de la tarde y por la noche, como en la casa están metidos de lleno con la sana alimentación, le hacen una cena bien saludable.

Adrián perdió casi 30 kilos de peso durante los 52 días que estuvo internado. El sobrepeso fue uno de los factores que contribuyó a su complicación, por eso ahora habla de ponerle bonito a comer sano y al ejercicio una vez que sus funciones en pies y manos vuelvan a la normalidad.

En esta misión va de la mano de uno de los ángeles que colaboran con la causa: la nutricionista Raquel Guzmán.

Terapia física

Hasta el miércoles 2 de junio así eran los días del narrador.

El jueves 3 empezó una etapa nueva porque se unió a la lucha de la recuperación el fisioterapeuta Marvin Aguilar, quien no esperó una segunda orden y por puro amor a la familia comenzó a darle terapia entre la una y las dos de la tarde.

Con alegría, Marvin contó que Adrián respondió espectacularmente desde la primera sesión. No se le había dormido ningún músculo, tenía sensación en todo el cuerpo y además levanta muy bien los brazos.

Don Rodolfo, el papá, festeja con la familia cada avance.

“Hoy (el pasado jueves) pudo, sin la ayuda de nadie, comer solito, esos pequeños triunfos en la casa los celebramos. Esto es un trabajo en equipo, todos aportamos y poco a poco se va ganando la batalla.

“Cada tres horas le tocan los movimientos de rehabilitación para que se vaya soltando, mientras más y mejor avance, más rápido lo tendremos de vuelta caminando y haciendo vida normal. El equipo le da amor y le inyecta mucha fe de que todo saldrá bien”, explica.

Paso a paso

La filosofía de la familia es ir celebrando los pequeños triunfos: “luego de ponerse grave, un día nos dijeron que ya no estaba boca abajo, entonces dijimos, ok, vamos ganando; otro día le quitaron un respirador y le pusieron otro menos potente, vamos ganando; lo pasaron de una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a una Unidad de Terapia Intensiva (UTI), vamos ganando; siguió que nos dijeron que lo iban a despertar, vamos ganando… así ha sido, un paso a la vez”, agregó el papá.

Parte de lo que hace Adrián en el día y que tiene que ver con la terapia es mover los dedos y para eso usar el celular le ha caído perfecto. A partir de la otra semana tiene que comenzar la terapia en el Max Peralta, a la cual llegará con varios pasos positivos avanzados.

La primera semana en casa cierra con alegrías muy grandes, con días cargados de rehabilitación y una familia más unida que nunca. Por ahora, Adrián hace todo desde la cama, pero no están muy lejos los días de los primeros pasos.

“¡Ya quiero regresar al trabajo!”, asegura el narrador, quien estará incapacitado todo junio. “El covid-19 no es un juego, no se dejen engañar. Gané esta lucha gracias a muchísimas personas que han estado presentes en mi vida”, no se cansa de decir este triunfador.