María Luisa Rojas Ruíz es una nicaragüense bien esforzada.
Ella tiene 35 años y llegó a Costa Rica hace tres, lo hizo porque su vida corría peligro en su país y encontró en nuestro país un refugio y una nueva oportunidad para ser feliz.
Llegó a Tiquicia de forma ilegal y en el camino perdió parte del equipaje que traía, pero sus ilusiones y sus ganas de luchar llegaron intactas.
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Su inicio en una nación desconocida fue muy duro, tenía miedo de salir a la calle por no tener papeles, así que le puso ganas para ponerse en regla lo antes posible.
“Fue un proceso bastante difícil, muy doloroso, porque en el 2019 falleció mi mamá, entonces venía cargando un duelo. Luego, migrar para mí fue un duelo también; dejé a mi papá en Nicaragua, que es lo único que tengo allá, por lo que siendo hija única para mí fue muy doloroso.
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“Me costó adaptarme a esta cultura, porque hay muchas cosas que yo no entendía, muchas palabras, incluso, las leyes. Todo fue muy nuevo para mí, pero con el pasar del tiempo me fui adaptando”, narró.
La mujer cuenta que cuando vivía en Nicaragua trabajaba como cajera en una tienda de conveniencia.
“Afortunadamente, cuando llegué aquí, me refirieron al Instituto de Migración de IRCA Casa Abierta, que es un instituto sobre migrantes. Ahí me ayudaron, me incluyeron en un programa que tienen del Centro de Integración y Desarrollo, que es para ayudar a los pequeños emprendimientos.
“Gracias a todo lo que aprendí ahí pude empezar mi propio negocio, que se llama Taller Rojas Fran Mecha Mecánica. Yo aprendí sobre el tema de la mecha gracias a una persona que me brindó la mano cuando llegué a Costa Rica”, relató la pulseadora.
¿Cómo se hace la mecha y para qué sirve?
María Luisa contó que la mecha se hace a partir de tela reciclada de algodón, preferiblemente, con la ayuda de una segueta. La tela se va deshilachando y queda como una fibra, esa es su textura.
“La tela la compro de proveedores en San José, hay varios; compro la materia prima y se empieza a trabajar desde la casa para deshilacharla y después se ofrece a la venta”, explicó.
Con el pasar del tiempo, la luchadora ha ido aprendiendo sobre cómo sacar adelante un negocio, y por eso ha visto cómo el suyo se levanta poco a poco.
“Ahora ya tengo el negocio en redes sociales y eso me ha ayudado mucho. Al principio, me compraban la mecha personas que la revendían y me la compraban muy barata, pero con lo que he ido aprendiendo, he mejorado mis estrategias y ahora la vendo directamente al cliente final.
“La mecha se usa en lo que es el área de pintura, en los talleres mecánicos, también en la limpieza de los perling, en el área de construcción, para limpiar cañerías y otras cosas”, comentó.
Sueña en grande
La nicaragüense trabaja duro porque tiene grandes sueños y metas.
Actualmente, ella es la única que hace mecha en su negocito, y cuando tiene pedidos grandes, su mentora le echa la mano, pero aspira a mucho más.
“En el futuro, me veo con mi emprendimiento más consolidado, quiero emplear a otras personas, el proyecto es grande y hermoso. Sueño con tener mi taller, con máquinas trabajando, empacando y poniendo en alto mi emprendimiento”, relató.
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María Luisa ha pasado momentos muy duros; uno de ellos fue hace tres meses cuando perdió el bebé que estaba esperado.
“He estado muy nostálgica en esta etapa, porque hace poco perdí un bebé. Me sentía supermal, bastante vulnerable, pero empecé a ver las fotos desde cuando me vine, todo lo que he pasado, desde mis vulnerabilidades, y también me he fortalecido.
“Siento que, en realidad, no soy la misma persona, me siento diferente y este emprendimiento ha sido una ayuda grande para mí, me ha enseñado mucho y me ha acompañado desde mi vulnerabilidad, me ayuda a desestresarme, es algo que me da esa oportunidad de salir adelante nuevamente, confiar y creer que lo que uno quiere se puede lograr”, contó llega de emoción.
Si usted tiene algún negocio o trabaja en algo en lo que se necesita mecha, puede contactar a esta empunchada mujer al teléfono 6407-2768.
También puede seguir la empresa de la mujer por medio del Tiktok: @taller.rojas.fran.