Daniel Solano es un niño de 13 años con Síndrome de Down a quien el colegio Sagrado Corazón de Jesús, en Cartago, le dijo que sí podía estudiar ahí pero la familia debía pagar de su propio bolsillo el salario mensual del profesor que le diera clases.
Eso lejos de apachurrar a la familia la hizo poner un recurso de amparo y el viernes pasado la Sala Cuarta le dio la razón al estudiante.
Como ya el curso lectivo del 2017 está muy avanzado y el salacuartazo salió hasta hace pocos días, ya Daniel está estudiando en otra institución, pero a él y a su familia le alegra que la justicia costarricenses les haya dado la razón.
Doña Sofía Zawadzki, la mamá del jovencito, conversó con nosotros sobre este caso tan particular, sobre todo porque el Sagrado Corazón es una institución semiprivada, o sea, la mitad del presupuesto lo aportamos todos los ticos mediante el Ministerio de Educación Pública (MEP).
Todo comenzó el año pasado cuando doña Sofía y su esposo, don Gustavo Solano, comenzaron los trámites para que Danielito ingresara en el Sagrado Corazón porque varios de los compañeritos de sexto irían a ese cole y él estaba ilusionado de seguir compartiendo con ellos.
En agosto del 2016 iniciaron los trámites pero en setiembre la familia recibió una carta que los dejó con la boca abierta. El colegio Corazón de Jesús les dejó muy claro que sí aceptarían a Daniel pero tenían que hacerse cargo del costo mensual del profesor que la institución necesitaba contratar para que le diera clases.
“El personal y los servicios especializados de la institución han determinado la necesidad de contar para la adecuada atención del menor, con un educador con formación en enseñanza especial que lo acompañe, en calidad de 'educador sombra', durante el proceso educativo y formativo, así como para la ejecución de las respectivas pruebas.
“Que, por el carácter y función que cumplirá el 'educador sombra' deberá ser contratado y pagado por la respectiva familia y, en forma adicional, la matrícula y mensualidades establecidas por la institución”, dice la carta que firmó Jeannette Campos González, la directora, y que tiene fecha del 5 de setiembre del 2016.
Sonada lección
Los tatas de Danielito no se quedaron queditos y el 15 de diciembre del año pasado, después de asesorarse muy bien, metieron un salacuartazo. El pasado 5 de mayo la Sala Cuarta les dio la razón, obligando al Sagrado Corazón a aceptar la matrícula de Daniel sin condicionársela al pago del salario mensual del profesor e incluso obliga al cole a pagar todos los gastos y daños que sufrió la familia por la situación.
“A Daniel le afectó mucho cuando le dijimos que no podía ir a ese colegio porque sus amiguitos, casi todos, estudiarían ahí. En verdad que le golpeó, pero poco a poco se ha ido ambientando en la nueva institución, que se llama Colegio Semillas, porque lo tratan muy bien y no nos exigieron pagar al profesor.
“Duele mucho que un colegio en el cual el ministerio de Educación invierte, y en pleno 2017, tenga políticas tan discriminatorias con los niños con Síndrome de Down, incluso resulta hasta increíble. Yo deseo, con todo mi corazón, que este caso se conozca en el país porque hay muchas familias que podrían estar pasando lo mismo y creen que no tienen salida. Las instituciones creen tener la razón y no piensan en el ser humano”, afirmó doña Sofía.
Ayer conversamos con la asistente de la directora del Sagrado Corazón, Margarita Vásquez, quien nos dijo vía telefónica que el tema lo tienen los abogados del colegio y que serían ellos quienes se comunicarían con nosotros, pero al cierre de edición nadie había llamado.
También contactamos al Ministerio de Educación pero al cierre de edición tampoco hubo posición al respecto.