Niños aburridos y más dormilones por el coronavirus

Conversamos con algunos pequeños para ver cómo viven la cuarentena

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La cuarentena por el coronavirus ha provocado que los niños estén aburridos y que duerman más de la cuenta en las noches, aunque hay que decir que saben bastante sobre la enfermedad.

Ese aburrimiento no significa que no disfruten estar en la casa jugando con sus hermanos, padres o en la compu, pero extrañan la escuela, a los maestros y compañeros, salir a jugar, a hacer mandados o visitar a los abuelos.

No poder salir de la casa lo ven como una ley, una especie de castigo y no entienden por qué algunos adultos no hacen caso.

Conversamos con cuatro niños para saber qué saben del coronavirus y cómo la pasan encerrados en sus casas.

Juan David Arroyo, de diez años y quien estudia en la escuela Cleto González Víquez en Heredia, dice que el coronavirus es una enfermedad que daña los pulmones y que las personas que lo padecen no pueden respirar.

“Estoy un poco harto porque no nos dejan ir a la escuela y a los grandes no los dejan ir a trabajar. Yo prefiero estar en clases con mis compañeros que recibir lecciones virtuales”, explicó el pequeño.

Añadió que los niños se pueden contagiar, pero que se debe tener más cuidado con los abuelitos porque corren más riesgo de morir.

Samuel Soto tiene siete años y va a la escuela Pedagógica José Rafael Araya en Florida de Tibás, él también está muy molesto de que la enfermedad no le permita ir a clases y a jugar con sus compañeritos.

“Para protegerse hay que quedarse en casa, lavarse las manos muchas veces, comer bien, no tocarse la cara y si estornudamos taparnos la boca con el codo”, mencionó.

Su mamá, Paola Solís, lo saca a dar una vuelta una vez a la semana, un rato que relaja bastante al niño.

En el caso de Gabrielle Soto, de siete años y estudiante de segundo grado, reconoce que al principio le tenía miedo al COVID-19 porque no sabía nada del virus, pero se le ha ido quitando ese temor.

“Es un virus mortal que a las personas las está matando. Estoy bien en la casa", aseguró.

Gabriel Villegas, de la escuela Miguel Cervantes de Saavedra, quien está en sexto grado y tiene 11 años, sí está más gusto con la situación pues le encanta quedarse en la casa y jugar con la compu.

“Es agüevado hacer las tareas, tener que responder preguntas, pero es divertido estar en la casa porque puedo jugar casi todo el día con la computadora”, dijo con mucha sinceridad.

Nada de madrugar

Lo que sí queda claro es que los pequeños se están levantando bien tarde al no tener que ir a la escuela.

Algunos se levantan después de las diez de la mañana y a otros les ha dado hasta las 11 del día bien ruleados. Por supuesto, también se acuestan más tarde, la mayoría viendo tele y generalmente con la complicidad de los padres.

Por ejemplo, Gabrielle Soto pasó de acostarse entre las 8 y 9 de la noche a las 11 p.m. y se levanta a las 10 de la mañana. Le cuesta un poco más conciliar el sueño.

Mientras que Samuel Soto, acostumbrado a irse a la cama a las ocho, se está acostando a las diez. Su hora de levantarse pasó de las 5:15 a.m. a las 10 a.m. aunque el día que lo llamamos estaba dormido a las 10:40 de la mañana.

El Colegio de Profesionales en Orientación (CPO) le mandó una serie de recomendaciones a los padres de familia, que han visto como la rutina cambió este año con sus hijos.

“Los padres y madres han tenido que asumir el difícil reto de trasladar las clases educativas a sus hogares. Pese a que su rol no es precisamente enseñar, es necesario que proporcionen condiciones para que sus hijos e hijas puedan aprender”, explicó Zeanne González, vocera del CPO.

Ponga estos consejos a funcionar por el bienestar de sus hijos:

1. Hacer las tareas antes del ocio.

2. Dormir lo suficiente.

3. Levantarse temprano.

4. Acompañar a su hijo en la organización de un plan o una agenda de trabajo que le permita acomodar su rutina.

5. Colocar en lugar visible un rótulo que recuerde que el escritorio o la mesa donde se harán las tareas escolares deberá estar limpio y libre de distracciones.

6. Poner un recordatorio para que el menor revise diariamente el correo u otro dispositivo tecnológico al que el personal docente envía las tareas.

7. Apagar el celular en el momento de iniciar las tareas.

8. La alimentación balanceada y el ejercicio son indispensables para el aprendizaje.

9. Descansos de 5 a 10 minutos, cada 30 a 45 minutos de estudio.

10. Practicar ejercicios de respiración para alcanzar la relajación.

11. Realizar una lectura general de la materia.

12. Subrayar con diferentes colores las ideas principales del texto.

13. Elaborar un resumen de las ideas subrayadas.

14. Diseñar mapas conceptuales de la materia.

15. Confeccionar fichas de estudio para anotar fechas, fórmulas matemáticas o reglas de gramática.

16. Realizar ejercicios o prácticas.

17. Hacer cuestionarios sobre la materia y completar las respuestas.

18. Motive a su hijo e hija a que le comente y explique la materia.

19. Las preguntas que se le dificulta aprender, proceda a representarlas mediante dibujos.

20. Aplique la mnemotécnica, asociar un término difícil de asimilar a otro muy conocido. Ejemplo: Mamífero – A mami le gustan las vacas.