La homilia que pronunció el obispo de Tilarán, Manuel Eugenio Salazar, durante la misa de este 2 de agosto, día de la Virgen de Los Ángeles, estuvo lleno de filazos para el presidente de la República Carlos Alvarado y algunas de las políticas que ha promovido durante su Gobierno.
La liturgia se dio en medio de una clara división social por temas como los derechos LGTBIQ, aborto terapéutico, fecundación in vitro, entre otros, que no faltaron en el sermón que resonó en la plazoleta de la basílica de Los Ángeles en medio de los aplausos de los asistentes.
Salazar precisamente pronunció la homilía a la par del mandatario, quien lo observaba con un semblante neutral, controlado. En esta ocasión sí supo manejar la presión.
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“El cristianismo como estilo de vida es la religión del amor, por eso los cristianos no podemos rechazar a nadie, tampoco a las personas sexualmente diversas. ¿Quién soy yo para juzgarlos? La homofobia es antievangélica”, aseguró el sacerdote, no sin antes aclarar que eso no implica que aprueben su estilo de vida ni la equiparación del matrimonio para estos sectores.
Ahí el cura se dirigió a Alvarado asegurando que los derechos de las minorías no pueden estar por encima de las mayorías y le reiteró que los creyentes representan un fuerte caudal político que lo puso en la silla presidencial.
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Seguidamente se le mandó con los tacos de frente.
“Muchos de los contribuyentes somos cristianos y no estamos de acuerdo con que nuestros impuestos se utilicen en la imposición de una visión de género tan de moda”, indicó.
La Iglesia debe meterse en política
“Respetado don Carlos Alvarado, según sus palabras usted está en política con buena y recta intención para mejorar este país. Pero como bien lo sabe, gobernar es tarea difícil e ingrata. Oramos por usted y su Gobierno e imploramos del Altísimo el don de la sabiduría y el del santo temor de Dios”, dijo Salazar.
El obispo sostuvo enérgicamente que la Iglesia debe meterse en política, e incluso, en una parte de su mensaje dijo que la garganta no le daba, haciendo alusión al acalorado mensaje que brindó Alvarado el pasado 25 de julio en Guanacaste.
“Erróneamente algunos dicen que la Iglesia no debe meterse en política y los que dicen eso sí se meten en todo, lo que es bueno para el ganso es bueno para la gansa. La política es el esfuerzo por construir el bien común, así que los católicos tienen el derecho inviolable de meterse en política”, indicó.
Agregó que los creyentes tienen derecho a la libertad religiosa y los clérigos a no ser ciudadanos de segunda categoría.
“Algunos critican cierta ayuda del Estado a la Iglesia católica (...) pero ¿quién sirve a quién?, la Iglesia ha servido al Estado por siglos”, dijo, y puso como ejemplo que ponen al servicio los templos en caso de desastres naturales y que los clérigos son notarios públicos gratuitos.
Salazar indicó que el verdadero enemigo de los costarricenses es el egoísmo y que la solución es pensar en la patria y trabajar en el bien común mediante el diálogo y la concertación.
Llamado al diálogo
El presidente Alvarado indicó que recibió el mensaje con atención, no solo en la mente sino en el corazón.
”En las últimas semanas he escuchado de diversos sectores decir que se sienten discriminados, creo que eso lo que hace es un llamado importante al diálogo y a la convivencia, y principalmente a que el monopolio de las discusión no los tengan los extremos ni los extremistas", reaccionó el mandatario.